Con este trabajo nuestros amigos de Centro Nuevo Modelo de Desarrollo nos sitúan ante la realidad que se esconde detrás de esa lógica del "usar y tirar" tan extendida en este Norte rico en que vivimos y proponen acciones y caminos para hacerle grente, invitándonos a romper con esa pasividad que siempre ha sido cómplice de lo establecido.

  Cuando aceptamos que la sociedad de consumo se vaya implantando poco a poco en nuestras formas de vivir, de explicar la realidad  y de relacionarnos con los demás, es que algo no va bien, independientemente de nuestra capacidad adquisitiva, porque estamos llamados a ser algo más que meros consumidores.

   Hay quien dice que para quitarse las depresiones es bueno ir de compras pero si lo pensamos detenidamente no parece ser un buen remedio: "Consumidor: palabra espantosa, poque pone al desnudo la verdadera dimensión de nuestro papel asignado por el sistemas, cualidad bastante más verdadera y profunda incluso que nuestro ser ciudadanos y electores, término preciso para designar la fucnión que nos corresponde en el poderoso universo de las mercancías y el dinero. La construcción teórica, la ideología (es decir la falsa conciencia difundidapara protección del sistema) no cesa de repetirque el consumidor es objetivo y destinatario final de todo producto y servicio y que todo se hace para satisfacerlo y servirlo cada vez mejor. Pero en la práctica se sabe que, en las estrategias del mercado,  el consumidor es considerado como bestia de engorde y matadero en no menor medida que los animales cebados en los establos industriales: igualmente previsible y manipulable, igualmente fácil de alimentar y ordeñar. Y que sus gustos y preferencias pueden ser inducidas y dirigidas desde la persuasión publicitaria, y que, en todo caso, obedecen a leyes dominadas por el dinero y la conveniencia, no por la opción de los ideales y valores".

    En estas páginas el lector se podrá asomar al fenómeno del consumo desde la perspectiva de aquellos que viven en el Sur, una perspectiva que a veces no gusta y que, por supuesto, resulta ajena al  mundo que se nos transmite al entrar en cualquier almacen: salariosde hambre, explotación, destrucción de la naturaleza, trabajo infantil, etc.

   Se abordan temas como el de las economías de exportación, los sin tierra, la deuda, la especulación, la desertización... Temas que aparentemente son muy técnicos son abordados con una pedagogía especial, una pedegogía que se basa en ir viendo cómo afectan a la vida cotidiana de las gentes. Así tan pronto se habla de Nike, Unilever, Nestlé, Philips Morris, Del Monte,etc, como de Pedro, un campesino del sur de Brasil, Senghor, un pequeño cultivador de Costa de Marfil o Paramaswary, un recolector de hoja de té en Sri Lanka. Es un trabajo que no se contenta con dar frías cifras, persigue y consigue poner rostro a las situaciones. Su última parte es un reclamo a nuestro compromiso a través de: boicots,exigencia de etiquetas de garantía social, comercio alternativo, compromiso sindical serio, etc. Todas estas propuestas están hechas buscando abrir cauces de esperanza y solidaridad. Propuestas que han de tenerse en cuenta a la hora de transformar la realidad consumista que nos rodea y que nos pueden acompañar en algunos casos en nuestra búsqueda por construir un mundo más humano. 

   La estructura del libro es muy amena pues utiliza un lenguaje sencillo con muchos esquemas, ejemplos y cuadros explicativos que aclaran perfectamente los conceptos que se quieren transmitir y que hacen de él un libro aconsejable también en el mundo educativo.