RESEÑA: Giorgio La Pira
Autor: Ernesto Balducci
Precio: 3 Euros.
Páginas: 139
Edita: Acción Cultural Cristiana. Madrid 2002

Jorge La Pira nace en 1904 y muere en 1977. Bajo la guía del profesor Emilio Betti se dedicó a la investigación del Derecho Romano y en el año 1933 obtuvo la cátedra de Instituciones del Derecho Romano en la Universidad de Florencia. En el año 1946 es elegido diputado para la constituyente en las listas de la Democracia Cristiana como independiente. Entró a formar parte -1948- en el gobierno de De Gasperi como subsecretario de Trabajo, cuyo titular era Amintori Fanfani. Y como el 11 de enero dimitió el gobierno, La Pira renuncia a nuevos encargos. Su paso por el Ministerio de Trabajo le sirvió para tomar contacto con la miseria social institucional, porque con la pobreza siempre estuvo relacionado. Ya desde el año 1934 comienza en la Iglesia de San Prócolo lo que se llamaba "la Misa del Pobre".

        

En el año 1951, y a petición de la curia florentina, fue cabeza de la Democracia Cristiana, siendo elegido alcalde el 10 de julio. Fue desde la alcaldía de la incomparable ciudad de Florencia donde brilla la personalidad política de La Pira en una doble vertiente: como administrador y gestor de la vida municipal y como generador de una vigorosa diplomacia internacional de la paz.

Para el alcalde de Florencia, dos cosas eran especialmente sagradas: la vivienda y el trabajo. En cuanto a la vivienda, afronta el problema de los desahuciados con dos medidas complementarias y profundamente revolucionarias: 1ª requisición de villas (chalets) deshabitadas donde metía a las familias que no tenían vivienda hasta que, 2ª construía "casas mínimas" donde alojarlas definitivamente. En relación al trabajo, se solidariza con los obreros de la PIGNONE, que habían ocupado la fábrica para oponerse a los despidos consiguiendo que dichos talleres fueran comprados por el ENI (versión italiana del INI español). Lo mismo hizo con la empresa del Gas, con la Fundición del Cure que transformó en cooperativa y con la empresa Manetti y Roberts.

Podemos decir que La Pira era un hombre políticamente solo..., pero independiente. Cualidad que mostró con rotundidad el año 1965. Las Secretarías de la Democracia Cristiana y del Partido Socialista Italiano le pidieron una declaración explícita de anticomunismo. Responde públicamente calificando de "cómico" el acuerdo y, naturalmente, renuncia a su candidatura. La magistratura, la curia, los periódicos, los partidos -incluido el suyo- las instituciones culturales,... sembraron su entorno de reservas, sospechas, ironías y abiertas malevolencias.

Hay dos gestos geniales del alcalde de Florencia que indican la calidad humana, política y religiosa de Jorge La Pira: 1) desde el año 1951 mantiene viva correspondencia con las monjas de clausura de todo el mundo para implicarlas en la estrategia de la paz y 2) mantiene relación con los niños de las escuelas elementales para tenerlos informados de la política de la ciudad.

En 1952 organiza el primero de los Congresos por la paz y la civilización cristianas, que se repetirán cada año hasta 1956. En este año fueron dos los congresos y en octubre llega la cumbre del éxito con el Congreso de Alcaldes de la Capitales del Mundo. Fue célebre en el año 1954, cuando pronunció su discurso sobre "El papel de las ciudades ante la perspectiva de la inminente amenaza nuclear".


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