CULTURA PARA LA ESPERANZA número 36. Verano 1999.

Deuda Externa y migraciones

   La situación de pobreza la sufre un tercio de la población mundial. La Deuda Externa sigue siendo una losa pesada que impide a las naciones despegar hacia el desarrollo y muchos de los ciudadanos tienen que migrar para buscar solución a sus problemas: Individuales, familiares, de sus pueblos y de sus naciones.

    La Deuda Externa es la manifestación más dramática de la situación de subordinación en la que viven las economías de los países del Sur dentro de la estructura financiera internacional.
 
   El acabar con la Deuda Externa puede ser el primer paso en la construcción de un mundo más justo. 
 Los pilares de una ética cívica que se haga cargo de la Deuda Externa convergen en la defensa de la dignidad de la persona; ello exige trabajar porque se creen las condiciones para que toda persona viva y goce de una vida digna y esto es asunto que nos incumbe a todos. 

    La solidaridad es responsabilidad de todos. Publicaba en Noviembre del 98 la Revista Alandar: “Recientemente se ha publicado que las 225 familias más ricas del mundo tienen la misma renta que los 2.500 millones más pobres, es decir, que el 47% de los hombres y mujeres que pueblan este planeta”. Y en el mismo mes exponía las consecuencias de la Deuda Externa en el Ecuador: “El gobierno del Ecuador, presidido por Jamil Mahuad, impuso en la segunda quincena de setiembre un duro ajuste económico, especialmente insoportable para los sectores populares: aumento de las tarifas eléctricas en más del 310%, del agua, los combustibles de uso doméstico como el diesel, y los transportes urbanos en un 25% y en un 40% los interurbanos. Eso sí: estableció un bono de pobreza, que debía estar gestionado por las iglesias católicas y evangélicas; estas instancias se han negado a colaborar por considerar que se trata de una limosna. Las protestas no se hicieron esperar en forma de manifestaciones y huelgas, a las que el gobierno ha respondido con extrema dureza. El 1 de octubre se registraron 3 muertos, casi un centenar de detenidos y decenas de heridos. Las autoridades han condenado el “vandalismo, los saqueos y los atentados contra la propiedad privada” al tiempo que han prometido “mano dura”. Con estas medidas espera alcanzar la benevolencia de la banca internacional y nuevos créditos. 
 Hay unos datos impresionantes:

   . Unos 1.300 millones de personas viven con menos de un dólar diario. 
   . Casi 3.000 millones con menos de dos. 
   . La mayoría de la población de Centroamérica vive en condiciones inhumanas; más de las 2/3 partes de la población son pobres y viven en casas pobres. 
   . Muchos pueden votar, pero no pueden comer. 

    Cada vez se impone en todo el mundo el neoliberalismo; los ricos cada vez más ricos y los pobres más pobres, crecimiento ilimitado por “la libertad de mercado” (es más libre el más rico, lo mismo para comprar que para vender) y en esta libertad progresiva el poder de los gobiernos se va entregando a las grandes empresas del mercado. 

    Detrás de muchos productos que existen en el mercado existió y existe la explotación de trabajadores/as o de niños o de empresas que provocan impactos degenerativos en el medio ambiente. 

    La perspectiva neoliberal está haciendo que todo un sector de la humanidad quede totalmente fuera del circuito económico y que este sector se convierta en personas no interesantes, incluso “desechables”, que tienen y traen problemas por falta de trabajo. 

    La pobreza no es ni fue una etapa casual, sino el producto de situaciones y estructuras económicas, sociales y políticas. Esta pobreza ya se denunciaban en la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Medellín en agosto-septiembre de 1968, en el nº 29 (Colombia) y afirmaban: “Comprobamos, pues, como el más devastador y humillante flagelo, la situación de inhumana pobreza en que viven millones de latinoamericanos expresada, por ejemplo, en la mortalidad infantil, falta de vivienda adecuada, problemas de salud, salarios de hambre, desempleo, inestabilidad laboral, migraciones masivas forzadas y desamparados, etc.”. 

    En la 54 sesión de la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra el 19 de marzo de 1998, en su discurso la Sra. Sedako Ogata, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), decía: “Hoy los Derechos Humanos siguen siendo una promesa incumplida para millones de personas en el mundo. De cara al nuevo milenio deberíamos proponernos el reto de convertir la Declaración Universal en un instrumento real de protección. Deberíamos hallar la manera de asegurar estos derechos por el impacto que tienen sobre las vidas de mujeres, hombres y niños que más lo necesitan…”, “…los Derechos Humanos son propiedad de los pueblos, no de sus estados o gobiernos”. Toda la economía neoliberal busca siempre coartadas para imponerse: en África la gran coartada es la matanza entre distintas etnias, aunque ya existía un colonialismo por parte de Europa, ahora la economía de EE.UU. intenta explotarla; así a comienzos de 1996 Ronald Broun, Secretario de Comercio, decía: “La era del dominio económico y de la hegemonía comercial de Europa ha terminado. África nos interesa”. En Latinoamérica la gran coartada fue la defensa de la civilización cristiana y occidental frente a los marxistas, aunque un enorme número de víctimas fueron precisamente cristianos comprometidos en la lucha contra la injusticia, la miseria y la exclusión. 

    Las migraciones son consecuencia de la desigualdad económica, de la inestabilidad económica, política y social de los pueblos. Las ayudas que se les da no llegan ya que los dictadores, amos, empresarios… siguen encontrando apoyo y cobijo en los países occidentales; las ayudas para paliar la hambruna y la miseria acaban en manos de esos dictadores y sus clanes; la deuda externa de esos países hipoteca y obstaculiza todo su desarrollo… ¿De qué nos sirve quejarnos de las migraciones si están fomentadas por nuestro mundo? ¿Qué solución les queda sino buscar una mejoría?. 

   LAS MIGRACIONES

    Las migraciones son imparables mientras no haya un mundo justo. Se buscan falsas soluciones como la de establecer cupos de inmigración. Una sencilla pregunta: ¿el gobierno piensa establecer también cupos para turistas millonarios? De estos no importa ni su lugar de procedencia ni de dónde procede su dinero. 

    Los movimientos migratorios nos los presentan como un fenómeno transitorio al servicio de la coyuntura económica: se les considera como personas y trabajadores interinos, aislados, sin familia, que vienen por poco tiempo para volver a su país. Ante esto todas las políticas que se realizan son siempre de temporalidad, con las consecuencias de legislaciones restrictivas y limitativas a una estabilidad legal, a una reagrupación familiar, al reconocimiento de los derechos generados a una residencia permanente o a la obtención de la nacionalidad. Aunque su plan al salir tenga un carácter provisional, conseguir ahorros y regresar; la realidad es que el retorno en la mayoría de los casos se convierte en un mito y que la permanencia va a ser “casi definitiva”. 

    Todo esto lleva a que:
   . El retorno va disminuyendo. 
   . La duración de estancia es más permanente. 
   . Se va hacia la reagrupación familiar. 
   . Aumentan los solicitantes de nacionalidad y los niveles de escolarización. 
   . Aumenta el paro de los inmigrantes regulares. 

    Cada vez va habiendo una homogeneidad mayor entre la población inmigrante y la autóctona. Son obreros, no indigentes; socios, no extraños. Recuerdo la frase de aquel político suizo hace años que dijo: “Pedimos mano de obra y llegaron personas”. 

    Estas personas, que tuvieron que salir de sus países, no como turistas sino para poder vivir, desarrollarse, comer ellos y sus hijos, necesitan: 

   1. trabajo
   2. vivienda 
   3. escuela
   4. sanidad
   5. servicios sociales
   6. ser equipados como cualquier ciudadano autóctono. 

    Para ello es necesaria una Ley que propicie su integración: una Ley que respete al inmigrante, prescindiendo de su situación administrativa, como persona humana y reconozca sus derechos sociolaborales, cívicos, culturales…

   Mientras esta ley no se apruebe, vemos que en la U.E. está creciendo:

   1. el endurecimiento de las leyes sobre la inmigración
   2. existe una lectura restrictiva de la Convención de Ginebra
   3. el fortalecimiento de los controles de las fronteras. 

    Un verdadero estatuto debe reconocer, por lo menos, los siguientes puntos que hemos avalado numerosos firmantes a la Campaña lanzada por distintas Delegaciones de Migraciones, Justicia y Paz y otras instituciones eclesiales católicas: 
   1- La agrupación con los españoles en cuanto a los derechos y deberes laborales. 
   2- La estabilidad legal. 
   3- El derecho a vivir en familia. 
   4- El derecho a una residencia permanente. 
   5- El derecho a gozar del estatuto comunitario. 
   6- El acceso a la nacionalidad española. 
   7- La equiparación en el acceso al sistema educativo, al sistema de salud y al acceso a la vivienda. 
   8- La equiparación en el acceso a la cobertura social. 
   9- Garantías de mínimos. 
   10- La asistencia jurídica gratuita. 
   11- La regularización de los trabajadores inmigrantes clandestinos. 

    En el discurso a los participantes en el IV Congreso Mundial sobre la Pastoral de los Emigrantes y Refugiados del 9 de octubre de 1998, el Papa Juan Pablo II decía: “Me parece oportuno reafirmar, en este contexto, que es un derecho primario del hombre vivir en su propia patria. Sin embargo, este derecho es efectivo sólo si se tienen constantemente bajo control los factores que impulsan a la emigración. Estos son, entre otros, los conflictos internos, las guerras, el sistema de gobierno, la desigual distribución de los recursos económicos, la política agrícola incoherente, la industrialización irracional y la corrupción difundida. Para corregir estas situaciones, es indispensable promover un desarrollo económico equilibrado, la progresiva superación de las desigualdades sociales, el respeto escrupuloso a la persona humana y el buen funcionamiento de las estructuras democráticas. También es indispensable llevar a cabo intervenciones oportunas para corregir el actual sistema económico y financiero, dominado y manipulado por los países industrializados en detrimento de los países en vías de desarrollo. En efecto, el cierre de las fronteras a menudo no está motivado simplemente por el hecho de que ha disminuido -o ya no existe- la necesidad de la aportación de la mano de obra de los inmigrantes, sino porque se afirma un sistema productivo organizado según la lógica de la explotación del trabajo”. 

    Las migraciones son el grito de los pobres del mundo entero, víctimas de la miseria, explotación y violencia. Hay que partir del análisis del sistema económico, que por la concentración espacial del capital agrava las desigualdades Norte-Sur y pone en marcha los mecanismos que provocan los flujos migratorios. 

    Las migraciones echan sus raíces en el sistema económico; su evolución está ligada a la coyuntura económica y su existencia ligada a la persistencia del sistema. 

    La economía no tiene en cuenta el costo humano que tienen que soportar los que se ven forzados a abandonar su entorno, su pueblo, su cultura y su familia y de lo que menos se preocupa es de eliminar las causas profundas, las injustas y crecientes desigualdades entre países pobres y ricos. 

    Al inmigrante se le considera mano de obra -en general barata y en la economía sumergida- al servicio de la coyuntura económica. 

    En Asturias, el mundo de la inmigración, ocupa los trabajos que no quieren los asturianos, sobre todo en el sector servicios; incluso la política de los cupos en el contingente de 1999 -para Asturias sólo 43- dice: “autorizaciones para nuevos trabajadores extranjeros para aquellas ofertas de empleo que el mercado nacional de trabajo no alcanza a atender”. 

    El inmigrante, ayudado tanto por parte de personas autóctonas como por parte de ONGs, tiene que tener un proyecto de vida que le permita ser él mismo. 

    El inmigrante tiene para ser él mismo un reto: el cambio por el hecho de la migración no lleva a organizar un nuevo sistema de valores y definir su proyecto personal de vida, ya que lo que iba a ser una estancia temporal se convertirá en muchos casos permanente. 

    Ésta es la lección de los últimos 40 años de migraciones en Europa: todos iban para DOS años, pero la mayoría no volvieron, ni volverán a su país y, mientras, tenían su proyecto provisional de su vida:
   familias separadas 
   poco o nula formación, promoción, participación
   retraso en el proceso de integración de ellos o sus hijos. 

   Todos los inmigrantes y los autóctonos tenemos que luchar por: 
   la mejora de toda la legislación
   el compromiso por la justicia
   la atención al hombre concreto
   salir al encuentro del que viene y ayudarle en sus interrogantes. 

    Las migraciones es uno de los debates que nunca se agotarán y que se replantearán continuamente: el amor y el servicio a los pobres debe estar latente en toda actitud de la persona, de forma que los inmigrantes, como personas pobres pasen a ser de inmigrantes a ciudadanos. 

   Esto nos trae la riqueza de la interculturalidad: 
   Intercambio de distintos modos de vida. 
   Distintos sentidos y amplitud del comportamiento de las familias. 
   Variedad de culturas y religiones. 
   Convivencia enriquecedora. 

    Debemos educarnos para esta sociedad pluralista: 
   en la autonomía y solidaridad
   con respeto a la diferencia 
   en actitud de diálogo

   El problema de la Deuda Externa y como consecuencia el hecho de las Migraciones nos debe impulsar a toda persona a formarnos para comprender y respetar los derechos del otro y asumir como miembros de la sociedad la parte que nos corresponda tanto a nivel local, como nacional e internacional. 
 

  Angel Cuervo-Arango F.                                       

Delegado Diocesano de Migraciones (Oviedo).

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