CULTURA PARA LA ESPERANZA número 44. Verano 2001.

Genética y Ecología: Dos grandes retos del siglo XXI

 

He escogido dos retos del siglo XXI que creo son enormemente importantes: por una parte la Genética y por otra la Ecología, y voy a subrayar la correlación que, desde mi punto de vista, puede tener el avance espectacular de la Genética, con ese gravísimo problema del medio ambiente; problema que a partir de los años 70 se ha convertido en uno de los más graves que, en este momento, ha de afrontar la humanidad.

En 1900 tuvo lugar el nacimiento oficial de la Genética. Es verdad que había nacido antes, en el sentido de que nadie puede discutir el honorabilísimo título de "padre de la Genética" a Mendel, un agustino, abad de un monasterio en la actual República Checa, gran matemático y naturalista, que en el año 1865 publica los resultados de su investigación que muestran, por vez primera, que existe una base científica en lo que la humanidad siempre había constatado: la transmisión de los caracteres de generación en generación. La gran labor, el gran trabajo de Mendel, fue mostrar que había algo que se heredaba, y que se heredaba de acuerdo con leyes matemáticas.

Sin embargo, a Mendel le aconteció, de alguna manera, lo mismo que se suele decir de Van Gogh, que se murió sin vender un cuadro; pues Mendel murió sin vender una ley, porque aunque publicó los resultados de su investigación, no encontró eco en la propia comunidad científica, y hubo que esperar al año 1900, para redescubrir las leyes de Mendel. Por esa razón se considera éste año, como el año del nacimiento oficial de la Genética.

Impresiona pensar que esa ciencia nacida oficialmente en 1900, había conseguido en diciembre de 1.999 algo tan espectacular como descifrar toda la información de uno de los cromosomas humanos. El avance de esa ciencia ha sido realmente impresionante. Cuando yo estudiaba Biología, allá por los años 60, la Biología y la Geología eran las "cenicientas" dentro de las Ciencias. En este momento creo que no es orgullo de biólogo decir que dentro de las Ciencias, actualmente, la Biología se ha convertido en la mas importante y dentro de ésta la Genética y en concreto la Biología molecular.

La Genética, repito, nace en 1900, y es la ciencia que estudia, en sus primeras fases, los mecanismos de herencia, si bien no se sabía en dónde estaba el factor hereditario descubierto por Mendel. No voy a detenerme mucho en ellos, pero sí quiero marcar los hitos mas importantes en este avance de la Genética.

En el año 1.944 un grupo formado por Avery, Mc Leod y Mc.Carthy, determina que ese factor hereditario postulado por Mendel es el ADN, la llamada molécula de la vida. El parto de la Genética duró 80 años, los que median entre el descubrimiento de las leyes de Mendel y 1944, en que finalmente se determina que el ADN es una molécula responsable de la herencia.

En el año 1953, los premios Nobel James Watson y Francis Crick, describen la estructura del ADN, esa compleja molécula capaz de duplicarse y de crear copias por si misma. Es un paso enormemente importante.

Los años 60 podríamos decir que son los años en los que se elabora lo que precisamente Crick, uno de los dos que describieron la estructura del ADN, califica como "dogma fundamental de la biología molecular", es decir cómo el mensaje de la herencia, contenido en los genes del ADN, se traduce a esas otras sustancias, las proteínas, formadas a su vez por aminoácidos, que son fundamentales en el hecho que llamamos vida.

Hablando de forma simplificada, el hecho que llamamos vida se explica fundamentalmente primero, porque existen unas moléculas capaces de sacar copias de sí mismas, el ADN, y segundo, porque existen unas sustancias, las proteínas, que forman por una parte las estructuras de los seres vivos y por otra, un tipo de proteínas, las enzimas, que permiten que las funciones metabólicas del organismo se puedan realizar en los seres vivos, y puedan hacerlo rápidamente y a temperaturas compatibles con sus estructuras.

Hasta los años 70 podríamos decir que la Genética es, fundamentalmente, una ciencia teórica, una ciencia de enorme interés, porque se ha estudiado algo tan significativo, como los mecanismos de la herencia. Se empieza a constatar que hay enfermedades que se trasmiten de generación en generación, por pautas muy regladas, muy claras.

A partir de los años 70, comienza algo enormemente significativo. Otro Premio Nobel, Nathans, habla de la nueva Genética. Lacadena, catedrático de genética, cuando ingresó en la Real Academia de Farmacia pronunció un discurso que llevaba el titulo de "Historia nobelada de la Genética". Nobelada con b, porque la historia de la Genética se puede escribir muy bien a través de los Premios Nobel, ya que bastantes han recibido ese galardón precisamente como consecuencia de su investigación en el campo de la Genética. En los años 70 comienza lo que ha sido calificado como "ingeniería genética", "manipulación genética"; el nombre exacto seria "la técnica de ADN recombinante".

Confieso que a mí me gusta la palabra "manipulación" porque, si bien tiene un primer significado peyorativo, en el sentido que todos conocemos, se puede comprobar en el Diccionario de la Academia de la Lengua, que también tiene un sentido etimológico: "lo que se hace con las manos". Y ese hacer con las manos ha sido fundamental en el desarrollo y la evolución humanas. No es casual que al primer homínido considerado como el primero al que se puede calificar de humano, se le llamó "homo habilis", y se le llamó así por la capacidad de hacer aquellos primeros, y muy primitivos, instrumentos, en un larguísimo proceso que ha llevado a todo el impresionante avance tecnológico de nuestros días. Repito que a mí, me gusta este nombre de "manipulación genética" por la enorme relevancia que, incluso desde la paleoantropología, se subraya de la interacción entre la mano y el cerebro, en todo el proceso de la evolución humana

¿Qué quiere decir que empieza la "manipulación genética"?. Expresado también en una formulación a la que es frecuente recurrir, quiere decir que se "empieza a tocar el gen", es decir, se empieza a diseñar unas técnicas que permiten transferir ADN, que permiten transferir genes de una especie a otra. Podemos decir que las barreras que separaban genéticamente a los seres vivos eran barreras infranqueables, pero ahora se empieza a diseñar una técnica, que permite comenzar a transferir genes de una especie a otra. En realidad también hay que decirlo, se suele afirmar que hubo "manipulación genética" desde que el ser humano, en el neolítico, deja de ser recolector de granos y frutos y cazador, y se convierte en ganadero y agricultor, y empieza a seleccionar mediante cruzamientos dirigidos, las especies que pretende mejorar.

¿Cuál es la novedad? Que ahora se pueden transferir factores genéticos y no solamente dentro de una especie, sino incluso romper barreras de las especies y hacer que un gen de un animal pueda funcionar en un vegetal, y viceversa. Recuerdo haber oído a esa gran figura del pensamiento que hemos tenido en el siglo pasado, Laín Entralgo, en un seminario nuestro, que hablando con mucha gracia decía que "se puede pensar en dos especies claramente diferenciadas como puede ser un ave, el pato y una fruta, la naranja; hoy la ingeniería genética en alguna manera permite hacer el pato a la naranja". Quiere decir con esto que se pueden transferir genes del pato a la naranja y de la naranja al pato. Esto es realmente novedoso.

Hay un dato muy curioso sobre la manipulación genética, que a mi me parece que puede y debe ser muy significativo, y es que la propia comunidad científica se autoadelantó a sí misma sobre los riesgos de esta incipiente tecnología, produciéndose un hecho que algunos autores califican como único en la historia: un grupo de científicos que estaba trabajando en esta nueva tecnología, escribió una carta simultánea a las dos revistas científicas mas prestigiosas del mundo, alertando a la comunidad científica sobre los riesgos de esta incipiente tecnología. Es la famosa "carta de Berg", otro premio Nobel, en la que por una parte, se subrayan las enormes posibilidades que se abren con esta pista de investigación, y al mismo tiempo, alertan de los riesgos.

¿Cuáles son esos riesgos? El riesgo es que fundamentalmente el microorganismo sobre el que se está trabajando es una bacteria que llevamos todos en el tracto digestivo, y el problema es que si se modifica genéticamente, esta bacteria puede escaparse del laboratorio y crear graves enfermedades.

Esto dio paso a una famosa reunión sobre este tema en Asilomar, California, en donde se marcaron una serie de directrices muy rígidas, llegando incluso a construirse un centro con impresionantes medidas de seguridad para evitar el riesgo de que bacterias, genéticamente modificadas, pudiesen escapar al medio ambiente. En el Instituto Nacional de la Salud de EE.UU marcaron unas directrices muy rígidas.

Sin embargo, al final de la década de los 70 se empieza a constatar que la tecnología no es peligrosa, por toda una serie de razones en las que no voy a entrar. Y en la década de los 80 se empiezan a dar pasos ciertamente importantes.

El primer gran paso se dio en 1982 y fue la síntesis del primer fármaco conseguido mediante la técnica de la "manipulación genética", en concreto la insulina, fabricada con técnicas genéticas. Hay millones de diabéticos en el mundo, y la insulina, que se les administraba hasta entonces, se extraía del páncreas de cerdos o de reses, es decir, esa insulina no era idéntica a la insulina humana y en un porcentaje de casos provocaba reacciones alérgicas. La ciencia introduce, entonces, en bacterias el gen humano responsable en esta especie de sintetizar insulina y en grandes tanques de fermentación empiezan a producir insulina, algo que nunca habían producido las bacterias.

Es un paso enormemente trascendental, porque es la consecución del primer fármaco mediante nueva tecnología. Si antes decía que había nacido la "manipulación genética", ahora habría que decir que había nacido la "biotecnología", una tecnología que recurre a seres vivos para producir productos de interés humano.

También hay que decir, y en este caso no hay que remontarse tan lejos como al neolítico, que el ser humano también había comenzado ya a producir cosas tan sabrosas como el queso, el vino o la cerveza, productos biotecnológicos en cuyo proceso de fermentación están implicados seres vivos, lo que pasa es que no se sabía lo que se estaba haciendo; ahora lo nuevo es que, intencionadamente, se ha introducido el gen humano responsable de producir la síntesis de la insulina en bacterias, y éstas se convierten en fábricas que comienzan a producir insulina. Se abre así una línea enormemente importante que después va a seguir por una serie de productos como la hormona del crecimiento, y la vacuna de la hepatitis B. Ha nacido la tecnología basada en el ADN recombinante.

El segundo logro, también en el año 1982, es la transgénesis, los primeros transgénicos. En este caso fueron ratones a los que ,en la fase de zigoto, se microinyectó el gen responsable de producir la hormona de crecimiento en la rata. El resultado fue el nacimiento de unos ratones que al desarrollarse tenían aproximadamente un tamaño doble que el normal, y que además, habían incorporado ese factor genético al conjunto de sus genes, por lo que al llegar a la edad de reproducción transmiten esta característica a su descendencia

"Genoma" es la palabra que va a aparecer enseguida, y es el conjunto de los factores genéticos; el genoma del ratón en este caso, es el conjunto de los factores genéticos del ratón, y el genoma humano, el conjunto de los factores genéticos de la especie humana.

Todo esto significa que la "manipulación genética" no solamente funciona en bacterias, en microorganismos, sino que también es aplicable a organismos superiores. Con lo visto se abre una página importante que es el tema de la transgénesis, los transgénicos, bien sean animales o plantas; no solamente en microorganismos sino también en macroorganismos, que pueden ser modificados genéticamente por la introducción de genes procedentes de otros seres vivos. En el caso de la transgénesis animal, yo diría que en este momento hay dos realizaciones importantes.

Una está referida a vacas, ovejas, cabras, genéticamente modificadas, de tal manera que en su leche puedan tener productos de interés humano, por ejemplo, el factor anticoagulante. Se está hablando ya de granjas farmacéuticas. Esta es una línea de enorme interés.

La segunda línea, también de enorme interés, está relacionada con el tema de los transplantes. El tema de los transplantes, incluso en un país como España, calificado como modelo en este tema ya que la donación de órganos procedentes de cadáveres duplica aproximadamente la media de nuestro entorno europeo, hay carencia de posibles donantes. Y el futuro se piensa que está en el transplante de órganos procedentes de animales, más en concreto del cerdo, animal que se considera como ideal para donante de órganos nos guste o no. En España se está avanzando mucho en esto, hay equipos importantes, uno en La Coruña y otro en Murcia, que van a realizar transplantes de órganos procedentes de animales.

El grave problema es el rechazo inmunológico agudo, cuya solución pasaría por la "manipulación genética", es decir, hacer modificaciones de tal manera que se impida el mecanismo de rechazo. Esto sería en cuanto al tema de los transgénicos animales.

Es notable la diferencia en las actitudes sociales existentes hacia los transgénicos animales y los transgénicos vegetales. Yo diría que las actitudes son predominantemente positivas aplicadas al reino animal, mientras que son muy críticas respecto de la transgénesis aplicada en plantas. Muy probablemente, la razón de fondo es que en la opinión pública tiene buena acogida todo lo que se presenta como un avance desde el punto de vista médico, desde el punto de vista de la salud. ¿Quién va a decir que no a la posibilidad de que unas vacas tengan en su leche un producto de interés humano, o quién va a decir que no a la utilización de órganos para que una persona pueda seguir viviendo?

Por el contrario, nos hemos hecho enormemente sensibles al tema de los alimentos. No se puede negar, es un tema tópico que se ha repetido infinidad de veces, lo que ha significado en estos últimos años en nuestro país el drama del aceite de colza, en Gran Bretaña las vacas locas y en Bélgica el problema de los pollos y la dioxina, lo que está en la base de muchas actitudes.

Otro año clave en el desarrollo de la Genética es 1990, cuando se producen dos logros importantes.

En primer lugar en este año, se aplica la manipulación genética, por primera vez, al ser humano. Un equipo investigador de EE.UU, liderado por French Anderson, consigue la aprobación de un protocolo que él mismo realiza, aplicándolo a dos niñas nacidas con un grave síndrome de inmunodeficiencia congénita, no adquirida, como es el caso del Sida. Dos niñas que habían nacido con un fracaso total de su sistema inmunológico y que debían vivir en un ambiente estéril por carecer de defensa ante los agentes patógenos. Lo que hizo el equipo, fue extraer células de la médula ósea, tratarla en el laboratorio, introduciéndoles a través de un virus, un virus desactivado y cargado(los virus se están convirtiendo por así decirlo, en caballos de Troya, en el sentido de que se les quita lo que no interesa que trasmitan y se les introduce un factor genético que, al infectar las células, lo que hacen es depositar en los genes de las mismas un factor positivo). De esta forma, el gen del que eran deficitarias estas niñas, se hizo en el laboratorio y posteriormente estas células, genéticamente modificadas se transfirieron a la médula ósea y se tuvo éxito.

En estos últimos diez años, ha surgido la terapia génica humana; hasta ahora, en una enfermedad de base genética, lo que había podido hacer y sigue haciendo, fundamentalmente, la medicina, es paliar los efectos de la enfermedad mediante una dieta, por ejemplo, en el caso de la diabetes, baja en hidratos de carbono, o utilizar un tratamiento farmacológico, pero sin ir al núcleo donde está la enfermedad. La terapia génica

significa la posibilidad de ir a la raíz de la enfermedad, modificar el gen causante de la misma. Evidentemente el ideal sería que se pudiese, con unas "microtijeras" o con un "microbisturí", sacar el gen malo y meter el gen bueno, y eso evidentemente es ciencia ficción. En este momento, lo único a lo que se puede aspirar es a introducir el gen bueno y a tener la esperanza de que ese gen bueno, que hasta ahora se está haciendo al azar, porque no sabemos todavía dónde están situados los genes, actúe de forma idónea.

Hay que decir que los resultados hasta ahora son modestos, incluso en los últimos meses ha habido un caso reseñado de muerte; se dice también que se están tapando fracasos para poder seguir recibiendo fondos; hace pocas semanas supimos la noticia de un error verdaderamente increíble: a unos niños tratados mediante terapia génica de una enfermedad de base genética, parece que por errores de laboratorio, se les infectó del sida o con el virus de la hepatitis.

El segundo gran logro del año 1990 es el comienzo oficial del "Proyecto genoma humano". Este proyecto significa leer con el menor detalle posible, el mensaje genético de la especie humana, junto a otras 5 especies que se han seleccionado a efectos de comparación. Tenemos 23 pares de cromosomas en todas las células de nuestro cuerpo. Si extrajésemos esos cromosomas, los pegásemos unos detrás de otros y, por supuesto, los desespiralizamos, -están enormemente comprimidos-, nos saldría como un filamento de metro y medio. En este filamento estaría escrita la herencia de los seres humanos; se compone de cuatro sustancias químicas denominadas nucleótidos. Yendo al fondo del tema, quiero decir que el mensaje genético de la especie humana seria una larguísima palabra, dividida a su vez en genes: además hay mucho material que parece que no tiene significado, se ha dicho que es "basura". El interrogante es si lo llamamos así porque no sabemos lo que es.

En cualquier caso diríamos que el mensaje genético de la especie humana sería una larguísima palabra de tres mil millones de letras que, en la comparación que se suele utilizar, equivaldría a una biblioteca de mil libros y mil páginas cada libro.

El proyecto genoma humano, que fue evaluado inicialmente en tres mil millones de dólares, el primer megaproyecto de la comunidad científica biológica, lo que pretende es leer esos tres mil millones de letras, al mismo tiempo que hacer mapas, de tal manera que se pueda buscar de una manera rápida la información genética. Lo que se pretende es situar el lugar donde están esos 80.000 genes de la especie humana, en los cromosomas.

El proyecto genoma humano, que oficialmente comenzó en el año 1990, estaba programado para terminar de realizarse en el año 2005. Y no solamente se van a cumplir estos plazos, sino que hace unos meses se hablaba de terminarlo incluso en el 2002. Este es un paso enormemente importante, en la medida en que se ha abierto un campo de enormes posibilidades, pero un paso que supone la base previa al segundo interrogante, que va a ser el de cómo funcionan los genes...

De todo lo anterior surgen problemas éticos muy importantes. Hay un problema de fondo que debe tenerse en cuenta en toda la aproximación a este tema y otros muchos, y es el tipo de mundo y de sociedad tan desigual que estamos viviendo. En un artículo firmado por Federico Mayor Zaragoza se decía que los gastos de defensa representan entre setecientos y ochocientos mil millones de dólares anuales. Las Naciones Unidas cifran en cuarenta mil millones de dólares anuales, el coste de la consecución y el mantenimiento del acceso universal a la educación básica, a una alimentación adecuada, al agua potable, a infraestructuras sanitarias básicas, así como a la atención obstétrica y ginecológica para mujeres. Y añade que esa cantidad de cuarenta mil millones de dólares representa menos del 4% de la riqueza que ostentan las 225 mayores fortunas del mundo. Evidentemente es algo dramático y gravísimo.

Teniendo en cuenta este horizonte, ¿qué habría que decir sobre el tema?

El problema es qué intereses van a dirigir el desarrollo de esta biotecnología de base genética, y hasta qué punto los intereses del primer mundo no van a primar exageradamente y van a convertir la biotecnología en otro mecanismo más de colonialismo del tercer mundo por el primer mundo.

El problema es ver hasta que punto hay voluntad política de resolver algunas enfermedades, por ejemplo la malaria. Estoy convencido de que si el sida no hubiese afectado al primer mundo, no se habrían conseguido los grandes avances que se están consiguiendo, porque el sida es una enfermedad cuyo avance es impresionante, y el coste de la dosis farmacológica en España, con la cual se está consiguiendo que para muchas personas se convierta en una enfermedad crónica, debe estar alrededor del millón y medio o dos millones anuales. ¿Cómo puede llegar esto al tercer mundo donde se encuentran la mayor parte de los infectados?, ¿hasta qué punto hay voluntad política de erradicar, como digo la malaria que causa muchas mas muertes anuales que el sida?

Yo diría que el problema ético de la biotecnología es un problema desde el punto de vista específico de la misma biotecnología, pero está "infectado" podríamos decir, por el injusto orden social en que estamos implicados.

Hay un problema preocupante, del que se habla y escribe poco y es el que estuvo en la base de la alarma que suscitó en Asidomar, al comienzo de la manipulación genética: la liberación de bacterias genéticamente modificadas al medio ambiente. Se está haciendo y apenas se escribe sobre ello. Yo sí puedo decir que entre los científicos hay una convicción absoluta de que la técnica es inocua. De hecho, cuando ya se llevan años en la nueva técnica de manipulación genética, no ha habido catástrofes ni alarmas, pero no deja de ser un tema que me deja una cierta sensación de inseguridad, porque no sabemos hasta qué punto está controlándose.

Hablamos mucho a propósito de las plantas transgénicas, de desequilibrios ecológicos, de polinizaciones cruzadas entre las plantas genéticamente modificadas y, por ejemplo, entre frutos silvestres, pero ¿qué puede pasar en este campo? Confieso que ahí tengo mis dudas. Por otra parte no se puede negar la enorme utilidad que esas técnicas pueden tener. La evaluación ética no es nada fácil, porque las posibilidades parecen muy claras; es decir, ¿quién puede decir que no es enormemente positivo conseguir bacterias genéticamente modificadas para conseguir mayor efectividad en la asimilación del nitrógeno atmosférico y hacer que sea innecesaria la utilización de abonos químicos, con todos los costes económicos de éstos, y sobre todo los costes medioambientales? ¿Quién va a negar la posibilidad de modificar bacterias de tal manera que sean capaces de deglutir las mareas negras petrolíferas? Ahora bien, ¿qué desequilibrios ecológicos podrán seguirse? Para mi es un tema de preocupación.

Veamos qué ocurre con la transgénesis. Este tema sí lo relacionaría con el tema ecológico y especialmente con las plantas y alimentos transgénicos. Desde mi punto de vista creo que no se pueden poner objeciones absolutas ni contra las plantas ni contra los alimentos transgénicos. Ciertamente hay que decir que no hay razones teológicas en contra de la penetración de la ciencia en las bases últimas de la vida. El que la ciencia haya llegado a un momento en que puede entrar en lo más profundo de los seres vivos, creo que no es otra cosa que tomarse en serio aquello de la creación, "dominad la tierra, sometedla", ciertamente hay que matizarlo y hay que subrayar el "respetad". Pero pienso que la ciencia ha llegado a un momento en que está tocando un gen, está tocando la estructura más profunda de los seres vivos y eso no es de ninguna manera algo contrario al Dios de la creación. No podemos concebir al Dios cristiano como una especie de rival. Hay un chiste de EL ROTO en que aparece una imagen de Dios con su triángulo encima, tendiendo el dedo como el Dios de la creación de Miguel Angel, diciendo "No me mezcléis los genes, ¡no sabéis lo que me costó ordenarlos!". O aquel otro, también de EL ROTO, en que decía: "El código genético no es una patente de Dios".

En mi opinión, el que el ser humano pueda entrar en los caminos más profundos de la vida, no atenta de ninguna manera a su condición de creatura. Somos imágenes de Dios, somos cocreadores con El, y el que seamos capaces de diseñar seres vivos o de modificarlos, creo que no atenta de ninguna manera contra ese orden, ese "a Dios le costó ordenar los genes".

Puede haber una crítica que diga eso es "jugar a ser Dios". Yo creo que lo importante es que "se juegue", que se actúe con sentido ético. Hay un texto de Juan Pablo II que pronunció en el centenario de Mendel, en el que hizo una afirmación impresionante al decir que "la ciencia ha llegado a una situación en que se puede comenzar a controlar la propia evolución". No entiendo qué quiere decir esto, quizás que dentro de la explicación darwinista de la evolución, además de mutaciones al azar y selección natural habría que comenzar a pensar en lo que la propia ciencia o el hombre pueda hacer en la evolución. El Papa no lo niega, lo que dice es que las consecuencias buenas o no de este poder, van a depender, no tanto de su técnica cuanto de su sabiduría. El reto para mi, es cómo utilizar este enorme avance que la ciencia ha puesto al servicio del hombre.

Conocer en su mayor detalle los mecanismos biológicos reguladores de la vida constituye en sí un alto valor humano, al margen de sus posibles aplicaciones. Conocer es un valor ético, otra cosa es cómo se utiliza ese conocimiento, es decir, bien o mal, pero avanzar en el mismo es un valor importante. Todo avance conlleva necesariamente un componente inevitable de ambigüedad, desde lo que hizo ese "homo centesimus" de Atapuerca, pero esa ambigüedad en sus posibles aplicaciones no es obstáculo para seguir avanzando en el conocimiento. En este sentido, y como alguien ha escrito, no investigar puede ser no ético.

La transgénesis significa introducir genes nuevos en especies que nunca los han tenido, incluso saltando del mundo animal al vegetal. Sin embargo y en una valoración de ese riesgo, debe tenerse en cuenta que los habituales medios de mejora han realizado muchas transferencias de genes, incluso en importante cantidad, desde unas variedades a otras, lo cual evidentemente ha originado también riesgos. En ese sentido no puede contraponerse la mejora convencional, los procedimientos habituales de cruzamiento y mejora, como una técnica segura y la transgénesis como una técnica plagada de riesgos. En las dos hay que hablar de ventajas y riesgos.

De ahí la importancia de que haya estrictos controles sobre los nuevos alimentos originados por un nuevo tratamiento. Creo que eso, ciertamente, sí hay que exigirlo. La Academia Pontificia de la vida se ha expresado sobre este tema y dice así: "Nos sentimos recientemente animados por el hecho de que en los avances de la ingeniería genética de plantas y animales, las ventajas son mayores que los riesgos". Los riesgos deberían ser estudiados cuidadosamente a través de publicaciones abiertas, análisis y control.

El vicepresidente de la Academia Pontificia dice en concreto: "Damos un sí prudente a estas nuevas técnicas y no podemos estar de acuerdo con la posición de algunos grupos que dicen que es contra la voluntad de Dios el mezclar genes de plantas y animales". Luego da, por el contrario, un claro no al clon, a la clonación humana y dice por ejemplo: "Es lícito modificar genéticamente animales con el objetivo de mejorar la salud humana y las condiciones de vida". Dice también que no es aceptable causar sufrimiento a un animal sin una razón proporcional a su utilidad social.

El riesgo experimental de la modificación genética de plantas debería ser evaluado caso por caso, no se puede dar luz verde a todas las plantas transgénicas.

Voy a acabar con el tema del Proyecto Genoma Humano: ¿qué va a significar?

Lo que va a significar es que bastará con unas gotas de sangre para poder determinar en un futuro, relativamente próximo, si una persona en determinados casos, está destinada a padecer una enfermedad; en la mayoría de los casos, si esa persona tiene predisposición o un riesgo incrementado de padecer alguna enfermedad. Hoy podríamos decir, que se va a poder saber si un niño, por ejemplo, va a padecer una grave enfermedad neurológica.

¿Qué se va a poder determinar en la mayoría de los casos? Por utilizar los ejemplos que mas se suelen citar: Si una mujer tiene un riesgo incrementado de padecer cáncer de mama o una persona puede tener un riesgo incrementado de padecer cáncer de colon, o si tiene una variante de genes relacionados con el Alzheimer, de tal manera que tiene un riesgo incrementado de padecerlo.

La medicina genómica –basada en los conocimientos del proyecto genoma- va a significar que se va a poder diagnosticar y pronosticar mucho. Ahí hay un gravísimo problema de información, ya que si es difícil informar a una persona sobre la presencia actual de la enfermedad, ¿qué decir de cuando estamos hablando de enfermedades del futuro?

Desde el punto de vista ético, yo haría tres afirmaciones:

1ª) A nadie se le puede hacer un estudio de su base genética sin que haya prestado el más estricto consentimiento firmado. Lo que está en juego es la intimidad biológica mas profunda del ser humano y está penalizado penetrar en ella. Como ha expresado un escritor gráficamente, es el hombre de cristal, el hombre cuya identidad genética puede ser conocida.

2ª) Los datos conseguidos en ese estudio deben estar sometidos al más estricto secreto médico, además de estricta confidencialidad.

3ª) Creo que no se deberían utilizar estos datos genéticos con fines discriminatorios. Y hay dos puntos que preocupan mucho: el mercado laboral y el mercado de seguros. Es algo que depende de la pura lotería biológica de los genes que te han tocado, y discriminar a las personas por algo que pertenece a su sustantividad, a lo que ha recibido genéticamente, no es justo; y no es justo de ninguna manera que la persona pueda sufrir graves discriminaciones por esa razón en los campos, por ejemplo laboral o de seguros. Si afirmamos la dignidad de todo ser humano, discriminar por algo que pertenece a su intimidad genética más absoluta, no es justo.

La pregunta que surge es ¿cómo se hace esto?, o dicho de otro modo ¿cómo se pone el cascabel al gato? Porque notamos que esto va a ser fácil de hacer, tomar unas gotas de sangre.... Lo que está aconteciendo en España desgraciadamente, respecto del sida; a nadie se le puede investigar si es seropositivo, sin que haya prestado su permiso. Sin embargo, se está haciendo. En este tema la única solución es que el Derecho sancione con fuerza lo que puede significar una invasión en la privacidad del ser humano, es indispensable.

Otro tema que también está a debate es el de las patentes, las patentes de genes, de ADN. ¿Cual es el balance de todo esto? Creo que son retos, lo mismo que la Ecología, es un gravísimo reto, del que tenemos que sensibilizarnos todos ,consumir menos, ser conscientes... Ese lema ecológico de "piensa globalmente, actúa localmente"

En el tema genético hay que huir de actitudes de miedo a lo desconocido. Es verdad que es un enorme reto el que tiene la ciencia por delante, pero creo en la humanidad y creo que podemos ser capaces de utilizar este enorme avance, este haber penetrado en las profundidades de la vida al servicio del hombre.

Y creo que es necesario. Un profesor alemán ha dicho que se ha acabado el humanismo, que es el fracaso del humanismo, que el futuro del ser humano es que nos diseñen genéticamente de tal modo que haya un hombre del futuro diseñado genéticamente, que pueda elaborar una ética que resuelva los problemas de este mundo.

Yo creo que, además de ser enormemente ingenuo, porque en el ser humano hay que dar valor a los genes, pero mucho más a todo proceso de educación y de socialización, seria un tremendo fracaso el que los seres humanos resolviesen los problemas, no a través de la cultura, no a través de la educación. Y que tuviésemos que ir a modificaciones genéticas para crear una humanidad mejor.

Si nos hacemos sensibles ante escándalos como los que he citado antes, es posible -y por mi carácter soy optimista- utilizar todo esto al servicio del hombre.

Ese es el reto.

Prof. Francisco Gafo Fernández.

Director de la Cátedra de Bioética, Universidad Pontificia Comillas, Madrid

(Conferencia pronunciada en el Aula de Teología de la Universidad de Cantabria en marzo del 2000)

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