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CULTURA PARA LA ESPERANZA, Número 46

La nueva guerra contra el terror

Tras el 11 de septiembre: realidad y opciones

Noam Chomsky

Le Monde Diplomatique, nov-2001


 

Podemos establecer dos presunciones de partida para esta reflexión. La primera es lo que yo considero como un reconocimiento de los hechos. Y es que los sucesos del 11 de septiembre fueron una atrocidad horrenda, probablemente la más devastadora masacre humana instantánea de la historia fuera de una guerra. La última vez que el territorio nacional de EE.UU. fue atacado, o mejor dicho, incluso amenazado, fue cuando los británicos incendiaron Washington en 1814. Ha sido común citar a Pearl Harbor, pero no es una analogía válida. Los japoneses, piénsese lo que se quiera al respecto, bombardearon bases militares en dos colonias de EE.UU., no el territorio nacional; colonias que habían sido arrebatadas a sus habitantes de una manera no demasiado elegante. Ahora es el territorio nacional el que ha sido atacado en gran escala, se podrían encontrar algunos ejemplos marginales, pero éste ha sido único.

La segunda presunción inicial tiene que ver con los objetivos. Doy por sentado que el interés de quienes sigan estas reflexiones es el de reducir la probabilidad de tales crímenes, sean contra nosotros o contra otros.

Se abre entonces una serie de preguntas estrechamente relacionadas con lo dicho inicialmente. La primera, que es de lejos la más importante es ¿qué está sucediendo ahora mismo? E implícitamente, ¿qué podemos hacer al respecto? La segunda tiene que ver con la suposición muy común sobre lo que sucedió el 11 de septiembre es un acontecimiento histórico, que cambiará la historia. Tiendo a estar de acuerdo. Pienso que es cieno. Fue un evento histórico y la pregunta que debemos hacemos es ¿exactamente por qué? La tercera pregunta tiene que ver con el título, "La guerra contra el terrorismo". ¿Qué es exactamente? Y hay una pregunta relacionada con ésta, ¿qué es el terrorismo? La cuarta pregunta, que es más restringida pero importante, se refiere a los orígenes de los crímenes del 11 de septiembre. Y la quinta, en la que quiero detenerme un poco, es qué opciones políticas existen en el combate de esta guerra contra el terrorismo, y en el manejo de las situaciones que llevaron a ella.

1. ¿Qué está sucediendo en este momento?

Según el New York Times hay 7 a 8 millones de personas en Afganistán al borde de la inanición. Esto, en realidad, era cierto antes del 11 de septiembre. Estaban sobreviviendo gracias a la ayuda internacional. El 16 de septiembre el Times informó (cito) que EE.UU. exigía de Pakistán la eliminación de los convoyes de camiones que suministraban gran parte de los alimentos y otras provisiones a la población civil de Afganistán. Esto fue transmitido por las radios nacionales en toda Europa el día siguiente. Que yo sepa, no hubo ninguna reacción en EE.UU. o en Europa ante la exigencia de que se impusiera la muerte por hambre a millones de personas. La amenaza de ataques aéreos inmediatamente después de septiembre..., obligó a evacuar a los trabajadores de la ayuda internacional, lo que dañó gravemente los programas de ayuda. Citando nuevamente al New York Times, los refugiados que llegaron a Pakistán después de duros viajes desde Afganistán describen escenas de desesperación y temor dentro del país, en el que la amenaza de los ataques dirigidos por EE.UU. estaba convirtiendo la prolongada miseria diaria en una potencial catástrofe. El país pendía de unos hilos y acabábamos de cortarlos.

Según un cooperante de la ayuda humanitaria (citando nuevamente el New York Times Magazine), el Programa Mundial de Alimentos (el programa de la ONU, que hasta ahora es el principal ) pudo recomenzar después de tres semanas, a principios de octubre, haciéndolo a niveles más reducidos. No tienen cooperantes de ayuda extranjeros dentro del país, así que el sistema de distribución se veía obstaculizado. Fue suspendido en cuanto comenzaron los bombardeos. Según el Financial Times de Londres comenzaron de nuevo a un ritmo más lento, mientras las agencias de ayuda criticaban duramente los lanzamientos aéreos de alimentos de EE.UU., condenándolos como instrumentos de propaganda que probablemente hacían más daño que bien.

Después de una primera semana de bombardeos, el New York Times informó a una columna y en una de las últimas páginas, que trataba de otro tema, que según las cifras de la ONU, pronto habrá 7 millones y medio de afganos necesitando desesperadamente aunque sea un pedazo de pan y que quedan sólo unas pocas semanas antes de que comience el duro invierno, que imposibilitará el aprovisionamiento de muchas áreas, pero que con los bombardeos, el nivel de suministros ha bajado a la mitad de lo que se necesita. Un comentario como de pasada.

Lo que da cuenta de que la civilización occidental está preparando la matanza de unos 3 a 4 millones de personas, o algo por el estilo. El 15 de octubre, el máximo dirigente de la civilización occidental, rechazó una vez más, con desdén, las ofertas de negociación para la entrega del pretendido objetivo,' Osama Bin Laden, y una solicitud de presentar alguna evidencia para sustanciar la exigencia de una capitulación total. El mismo día, un Informador Especial de la ONU a cargo de la ayuda alimentaría, rogó a EE.UU. que suspendiera los bombardeos para salvar a millones de víctimas. Que yo sepa, no hubo información alguna al respecto. Fue el 15 de octubre. Después de algunos días las mayores agencias de ayuda, OXFAM y Christian Aid, se unieron a ese ruego. No se pudo encontrar ninguna información al respecto en el NewYork Times. Aparecieron unas líneas en el Boston Globe, escondidas en una historia sobre otro tema, Cachemira.

Parece que lo que está sucediendo es una especie de genocidio silencioso. También se ofrece la oportunidad de ver lo que es la cultura de la élite, la cultura de la que formamos parte. Indica que, pase lo que pase (no sabernos qué ocurrirá) los planes que se están haciendo y los programas que están siendo realizados, se basan en la suposición de que puedan llevar a la muerte de varios millones de personas en las próximas semanas... con toda tranquilidad, sin comentarios, ningún pensamiento especial al respecto, como si fuera algo normal, aquí y en buena parte de Europa. No en el resto del mundo.

2. ¿Por qué fue un evento histórico?

A hora bien, consideremos la pregunta un poco más abstracta, olvidando por el momento que al parecer estamos en medio de un intento de asesinato de 3 a 4 millones de personas, no talibán, por supuesto, sino de sus víctimas. Volvamos atrás... volvamos a la pregunta sobre los históricos acontecimientos que ocurrieron el 11 de septiembre. Como dije, pienso que es cierto. Fue un evento histórico. No, por desgracia, por su dimensión, de la que duele hablar, porque en términos de su dimensión no es tan extraordinario. Dije que es el peor... probablemente el peor en número de víctimas súbitas de cualquier crimen. Y puede considerarse cierto. Pero hay crímenes terroristas con efectos un poco mas prolongados que son más extremos, por desgracia. Sin embargo, es un evento histórico porque hubo un cambio. El cambio fue la dirección hacia la que se apuntaba. Eso es nuevo. Radicalmente nuevo. Así que, basta echar una mirada a la historia de EE.UU.

Durante cerca de 200 años, nosotros, Estados Unidos, expulsamos o sobre todo exterminamos a la población indígena, es decir a muchos millones de personas, conquistamos la mitad de México, realizamos depredaciones en toda la región, en el Caribe y en América Central, algunas veces más allá, conquistamos Hawai y Filipinas, matando a varios cientos de miles de filipinos al hacerlo. Desde la Segunda Guerra Mundial, EE.UU. ha extendido su alcance a todo el mundo utilizando métodos que no precisan descripción. Pero fue siempre matando a otros, la batalla fue siempre en otros lugares, los masacrados fueron los otros. No aquí. No en el territorio de Estados Unidos.

Europa

En el caso de Europa, el cambio es aún más dramático, porque su historia es aún más horrenda que la nuestra. Somos, básicamente, un vástago de Europa. Durante cientos de años, Europa ha estado masacrando gente en todo el mundo, con la mayor tranquilidad. Es así como conquistaron el mundo, no distribuyendo golosinas a los bebés. Durante aquél período Europa sufrió guerras asesinas, pero fueron de asesinos europeos matándose mutuamente. La única razón por la que esas matanzas terminaron en 1945 no tuvo nada que ver con la democracia, con no hacerse la guerra unos a otros u otras nociones de moda. Tuvo que ver con el hecho de que todos comprendieron que la próxima vez que jugaran ese juego iba a ser el fin del mundo. Porque los europeos, incluyéndonos a nosotros, han desarrollado tales armas de destrucción masiva que ese juego tiene que acabarse. Y tiene cientos de años. En el siglo XVII, aproximadamente un 40 % de toda la población de Alemania fue eliminada en una sola guerra.

Pero durante todo ese período de sangrientas matanzas, los europeos se estuvieron matando unos a otros, y matando gente en otras partes. El Congo no atacó a Bélgica, India no atacó a Inglaterra. Argelia no atacó a Francia. Es el primer cambio. Es la primera vez que se apunta en la dirección contraria. El mundo se ve muy distinto, dependiendo de si uno tiene el látigo en sus manos o si ha estado recibiendo latigazos durante siglos, muy distinto.

3. ¿Qué es la guerra contra el terrorismo?

Una pregunta incidental, "¿qué es el terrorismo?" La guerra contra el terrorismo ha sido descrita en las altas esferas como una lucha contra una plaga, contra un cáncer que es propagado por bárbaros, por "oponentes depravados de la civilización misma." Es un sentimiento que comparto. Sucede, sin embargo, que las palabras que estoy citando, son de hace 20 años. Son... del presidente Reagan y de su secretario de Estado. La administración Reagan llegó al poder hace 20 años declarando que la guerra contra el terrorismo internacional se hallaría en el centro de nuestra política... describiéndola en términos como los que acabo de mencionar, entre otros. Y estuvo en el centro de nuestra política exterior. La administración Reagan reaccionó a esa plaga propagada por oponentes depravados a la civilización misma, creando una red terrorista internacional extraordinaria, sin precedente alguno en su escala, que realizó masivas atrocidades en todo el mundo, sobre todo... en zonas bien cercanas, pero no sólo allí.

La guerra de Reagan-EE.UU. contra Nicaragua

Sólo mencionaré un caso incontrovertible, sobre el que no habrá discusiones. De ninguna manera es el caso más extremo, pero es incontrovertible. Y lo es gracias a los fallos de las principales autoridades internacionales, la Corte Internacional de Justicia, y el Consejo de Seguridad de la ONU. Así que este caso es incontrovertible, por lo menos para gente con la más mínima consideración por el derecho internacional, los derechos humanos, la justicia y otras cosas similares. Estoy hablando de la guerra de Reagan-EE.UU. contra Nicaragua, que causó decenas de miles de muertos y arruinó al país, tal vez irreparablemente.

Nicaragua reaccionó. No reaccionó lanzando bombas en Washington. Reaccionó llevando el caso al Tribunal Internacional de Justicia (T.I.J.) presentando un caso, no tuvieron ningún problema para, reunir las evidencias. El Tribunal aceptó el caso, decidió a su favor.... condenaron lo que llamaron el "uso ilegal de la fuerza", que es otra palabra para llamar al terrorismo internacional, por parte de Estados Unidos al que ordenó que detuviera el crimen y que pagara masivas reparaciones. Estados Unidos, por supuesto, rechazó el fallo del Tribunal con un desprecio total y anunció que en el futuro no aceptaría la jurisdicción del Tribunal. Entonces Nicaragua recurrió al Consejo de Seguridad de la ONU, consideró adoptar una resolución llamando a todos los Estados a respetar el derecho internacional. No se mencionó a nadie (pero todos comprendieron) y EE.UU. vetó la resolución. Ahora es el único Estado conocido que ha sido condenado por terrorismo internacional, y ha vetado la resolución del Consejo de Seguridad llamando a todos los Estados a respetar el derecho internacional. Nicaragua recurrió entonces a la Asamblea General de la ONU, donde técnicamente no existe el derecho de veto, pero donde un voto negativo de EE.UU. equivale a un veto. Aprobó una resolución similar y solamente se opusieron Estados Unidos, Israel y El Salvador. Lo mismo se repitió al año siguiente, pero esa vez EE.UU. sólo pudo conseguir el apoyo de Israel, así que fueron dos los votos opuestos a la observación del derecho internacional. Llegado ese punto, a Nicaragua no le quedó ningún recurso legal. Había intentado todas las medidas posibles. No funcionan en un mundo regido por la fuerza.

Y no fue más que el comienzo. EE.UU. respondió al Tribunal y al Consejo de Seguridad, escalando inmediatamente la guerra de manera acelerada y, casualmente, fue una decisión de ambos partidos (demócratas y republicanos). Los términos de la guerra también fueron alterados. Por primera vez hubo órdenes oficiales... al ejército terrorista de atacar lo que se llama "objetivos blandos," queriendo decir objetivos civiles indefensos, y mantenerse lejos del ejército nicaragüense. Pudieron hacerlo porque EE.UU. controlaba totalmente el espacio aéreo sobre Nicaragua y suministró al ejército mercenario equipos de comunicación modernos; no se trataba de un ejército de guerrilla en el sentido normal y podían recibir instrucciones sobre los desplazamientos de las fuerzas del ejército nicaragüense, de manera que podían atacar impunemente cooperativas agrícolas, clínicas sanitarias, etc., objetivos blandos. Ésas eran las órdenes oficiales.

¿Cuál fue la reacción en EE.UU.?

Todo era conocido y hubo efectivamente, una reacción. La política utilizada fue considerada como sensata por la opinión de izquierda liberal. Así que Michael Kinsley, que representa a la izquierda liberal en la discusión en los medios oficiales, escribió un artículo en el que dijo que no debiéramos apresurarnos demasiado en la crítica de esa política, como lo había hecho Human Rights Watch. Dijo que una "política sensata" debe "pasar el test del análisis de costos y beneficios " - es decir, el análisis de "la cantidad de sangre y miseria que habrá que introducir, y la probabilidad de que la democracia emerja por el otro extremo." Nótese que es axiomático que EE.UU. (las élites de EE.UU.) tienen el derecho de realizar el análisis y de realizar el proyecto si pasa sus test. Y pasó. Funcionó. Cuando Nicaragua terminó por sucumbir ante el ataque de la superpotencia, los comentaristas elogiaron pública y alegremente el éxito de los métodos que fueron utilizados, y los describieron en detalle. Así que paso a citar a Time Magazine, tomando a uno de tantos, que elogiaba el éxito de los métodos escogidos: "para arruinar la economía y proseguir una larga y mortífera guerra por encargo, hasta que los nativos exhaustos derribaron por sí mismos el gobierno indeseado," con un costo "mínimo" para nosotros, dejando a las víctimas con "puentes destruidos, estaciones eléctricas saboteadas, y granjas arruinadas ", dándole así al candidato de EE.UU. un "tema ganador": "terminar con el empobrecimiento del Pueblo de Nicaragua". El New York Times publicó una primera plana diciendo "Estadounidenses unidos en la alegría" ante este resultado.

El terrorismo no es el arma de los débiles

Es la cultura en la que vivimos y revela varios hechos. Uno es el hecho de que el terrorismo funciona. No fracasa. Funciona. La violencia funciona generalmente. Es la historia del mundo. En segundo lugar, es un error analítico muy serio decir, como se hace comúnmente, que el terrorismo es el arma de los débiles. Como otros medios de violencia, constituye sobre todo un arma de los fuertes, realmente abrumadora. Es considerada un arma de los débiles, porque los fuertes también controlan los sistemas de adoctrinamiento y su terror no cuenta como terror. Eso es casi universal (no se me ocurre ninguna excepción histórica), incluso los peores asesinos en masa ven el mundo de esa manera. Si tomamos a los nazis, vemos que no se dedicaban a imponer el terror en la Europa ocupada. Estaban protegiendo a la población local contra el terrorismo de los partisanos. Y, como en el caso de otros movimientos de resistencia, hubo terrorismo, los nazis efectuaban "contraterrorismo". Además, EE.UU. estuvo esencialmente de acuerdo con eso. Después de la guerra, el ejército de EE.UU. realizó estudios extensos de las operaciones de contraterrorismo de los nazis en Europa.

Debiera decir en primer lugar, que EE.UU. aprendió de ellos y también comenzó a realizar operaciones similares, a menudo contra los mismos objetivos, la antigua Resistencia. Pero los militares que estudiaron los métodos nazis también publicaron interesantes estudios, criticándolos a veces por su ineficiencia, con verdadero análisis crítico: "ustedes no hicieron esto bien, pero lo otro sí", y esos métodos fueron importados a Estados Unidos con los consejos de los oficiales de la Wehrmacht y se convirtieron en los manuales de la contrainsurgencia, del contraterrorismo, del "conflicto de baja intensidad", como lo llaman, y son aquellos manuales y procedimientos los que están siendo utilizados. No fueron sólo los nazis los que lo hicieron. Lo que pasa es que la suya fue considerada como la forma de actuar correcta por parte de los dirigentes de la civilización occidental (es decir, nosotros) que luego procedieron a hacer lo mismo. El terrorismo no es el arma de los débiles. Es el arma de los que están "contra nosotros" sin importar a quienes se refiere ese "nosotros". Y si ustedes pueden encontrar una excepción histórica a este hecho, me interesaría conocerla.

Una indicación interesante sobre la naturaleza de nuestra cultura, nuestra elevada cultura, es la forma en la que se considera todo esto. Una es simplemente ocultándolo. Así que casi nadie ha oído hablar del asunto. Y el poder de la propaganda y la doctrina estadounidenses es tan fuerte, que hasta las víctimas apenas lo saben. Quiero decir que, cuando se habla de este asunto con gente, por ejemplo, en Argentina, hay que recordárselo. "Oh, sí, ha sucedido, se nos había olvidado". Es ocultado profundamente. Las consecuencias absolutas del monopolio de la violencia pueden ser muy poderosas en términos ideológicos (entre otros).

Un aspecto esclarecedor de nuestra propia actitud hacia el terrorismo podría ser la reacción ante la idea de que Nicaragua pudiera haber tenido el derecho de defenderse de las actuaciones descritas antes. La realidad es que estudié esto de manera bastante detallada, buscado en bancos de datos y con otros sistemas. La idea de que Nicaragua pudiera haber tenido el derecho de defenderse fue considerada escandalosa. No hay prácticamente nada en los comentarios de los medios de comunicación oficiales indicando que Nicaragua podría haber tenido ese derecho. Y ese hecho fue aprovechado por la administración Reagan y por su propaganda de una manera interesante de analizar. Aquellos de ustedes que vivieron esa época, recordarán que periódicamente se lanzaban rumores de que los nicaragüenses recibían aviones MIG de Rusia. Al llegar ese punto "los halcones" y "las palomas" se dividían. Los halcones decían. "hay que bombardearlos". Las palomas decían, esperemos, hay que ver si los rumores son ciertos, y si los rumores son ciertos, hay que bombardearlos, porque constituyen un peligro para Estados Unidos". ¿Por qué, si no, iban a recibir aviones MIG? Pero lo cierto es que trataron de conseguir aviones de los países europeos, y EE.UU. presionó a sus aliados para que no les enviaran material, porque querían que se tornaran hacia los rusos. Recuerden, estaban a sólo 2 días de marcha de Harlingen, Texas. Declaramos, efectivamente, una emergencia nacional en 1985, para proteger el país contra la amenaza de Nicaragua.. EE.UU. tenía un control total sobre su espacio aéreo, volaba sobre éste y lo utilizaba para dar instrucciones al ejército terrorista para que pudieran atacar objetivos blandos sin encontrarse con un ejército que podría defenderlos. Todo el mundo sabía que ése era el motivo. No iban a utilizar sus aviones para otra cosa. Pero la idea de que se pudiera permitir a Nicaragua defender su espacio aéreo contra el ataque de una superpotencia que dirigía a fuerzas terroristas para que atacaran objetivos civiles indefensos, era considerada en Estados Unidos como escandaloso y esa era la opinión general.

¿Quién es el embajador de EE.UU. en la ONU?

Se acaba de nombrar a un embajador en Naciones Unidas para conducir la guerra contra el terrorismo. ¿Quién es? Su nombre es John Negroponte. Fue el embajador de EE.UU. en el feudo (que es lo que es) de Honduras, a principios de los años ochenta. Hubo un poco de alboroto sobre el hecho de que ciertamente conocía los asesinatos en gran escala y otras atrocidades que estaban siendo cometidas por las fuerzas de seguridad de Honduras, a las que apoyábamos. Pero eso es sólo una pequeña parte. Como procónsul en Honduras, como se le llamaba allí, fue el supervisor local de la guerra terrorista conducida en Honduras, por la que su gobierno fue condenado por el Tribunal Superior de Justicia y después por el Consejo de Seguridad, en una resolución vetada. Y acaba de ser nombrado embajador ante la ONU para conducir la guerra contra el terror.

Después de que Estados Unidos volvió a apoderarse del país bajo condiciones que fueron tan gráficamente descritas por la prensa, el país había quedado destruido en los años ochenta, pero desde entonces se ha desmoronado totalmente en casi todos los sectores.

Lo mismo sucedía en otras partes del mundo. Tomemos por ejemplo África. Sólo durante los años de Reagan, los ataques sudafricanos, respaldados por EE.UU. y Gran Bretaña, contra los países vecinos causaron cerca de un millón y medio de víctimas produjeran daños por 60.000 millones de dólares y la destrucción de países enteros. Y si hacemos un recorrido por el mundo, podemos agregar más ejemplos.

Colombia y Turquía: Derechos Humanos y "ayuda militar"

El peor violador de los derechos humanos en los años 90 ha sido Colombia, ampliamente. También es, con diferencia, el principal receptor de ayuda militar de EE.UU. en los años 90, para mantener el terror y las violaciones de los derechos humanos. En 1999, Colombia reemplazó a Turquía como el principal receptor de armas estadounidenses en todo el mundo, es decir excluyendo a Israel y Egipto, que están en una categoría especial. Y eso nos ilustra realmente (ahora mismo) mucho más sobre la guerra contra el terror.

¿Por qué recibía Turquía un flujo tan inmenso de armas de EE.UU.? Porque está ubicada estratégicamente, es miembro de la OTAN, etc.

Pero el flujo de armas a Turquía aumentó radicalmente en 1984. No tuvo nada que ver con la guerra fría. Quiero decir que Rusia ya se estaba desmoronando. Y se mantuvo el mismo ritmo de 1984 hasta 1999, cuando fue reducido y se situó por delante Colombia. ¿Qué sucedió entre 1984 y 1999? En 1984, [Turquía] lanzó una gran guerra terrorista contra los kurdos en el sureste del país. Entonces aumentó la ayuda de EE.UU., la ayuda militar. Y no se trataba de pistolas. Eran aviones jet, tanques, entrenamiento militar, etc. Mientras las atrocidades aumentaban durante los años noventa, la ayuda aumentaba al mismo ritmo. El año cumbre fue 1997, cuando la ayuda militar de EE.UU. a Turquía fue superior a la de todo el período entre 1950 y 1983, es decir durante la guerra fría, lo que da un índice de la medida en que este afectó a la política. Y los resultados fueron impresionantes. Ocasionó entre 2 a 3 millones de refugiados, y fue parte de la peor limpieza étnica de fines de los años noventa. Decenas de miles de muertos, 3.500 ciudades y aldeas destruidas, mucho más que en Kosovo, a pesar de las bombas de la OTAN. Y Estados Unidos suministró un 80% de las armas, aumentándolas a medida que aumentaban las atrocidades, alcanzando el nivel máximo en 1997 como se ha indicado. Declinó en 1999 porque, una vez más, el terror funcionó, como lo hace usualmente cuando es llevado a cabo por sus principales agentes, sobre todo por los poderosos. Así que en 1999, el terror turco, llamado, por supuesto, contra-terror (pero, como he señalado, eso es universal) funcionó. Por ello Turquía fue reemplazada por Colombia, que aún no había tenido éxito en su guerra terrorista. Y por ello logra el primer lugar como receptor de armas de EE.UU.

Lo que hace esto tanto más pasmoso es que todo sucedía justo en medio de un inmenso autobombo de los intelectuales occidentales, que probablemente no ha tenido igual en la historia. Creo que todos ustedes lo recuerdan. Fue hace sólo un par de años. La masiva autoadulación sobre cómo por primera vez en la historia hemos sido tan magníficos; que hemos defendido principios y valores. Nos hemos dedicado a terminar con la inhumanidad por doquier en esta nueva era de esto y aquello, etcétera, etcétera. Y, evidentemente, no podemos tolerar atrocidades cerca de las fronteras de la OTAN. Esto fue repetido una y otra vez. Sólo que dentro de las fronteras de la OTAN no nos limitamos a tolerar atrocidades, sino que contribuimos a ellas. Es un hecho bastante impresionante que un sistema de propaganda se salga con la suya en una sociedad libre.

Turquía está muy agradecida. Hace sólo algunos días, el primer ministro Ecevit, anunció que Turquía se unirá a la coalición contra el terror, con mucho entusiasmo, aún más que otros. Y explicó el por qué. Dijo que: tenemos una deuda de gratitud con EE.UU. porque EE.UU. fue el único país que estuvo dispuesto a contribuir de manera tan masiva a nuestra propia guerra, en sus palabras, "contra-terrorista", es decir a nuestra propia limpieza étnica y a nuestras atrocidades y a nuestro terror. Otros países ayudaron un poco, pero se contuvieron. Estados Unidos, por su parte, contribuyó con entusiasmo y decisivamente y pudo hacerlo por el silencio (servilismo sería la palabra correcta) de las clases educadas que podían averiguar fácilmente lo que sucedía. Después de todo, somos un país libre. Se pueden leer los informes sobre los derechos humanos. Se puede leer toda clase de cosas. Pero preferimos contribuir a las atrocidades y Turquía está muy contenta, tiene con nosotros una deuda de gratitud por eso y por ello contribuirá con tropas, igual que lo hizo durante la guerra en Serbia. Turquía fue muy elogiada por utilizar los F16 que le suministramos para bombardear Serbia, exactamente como lo había estado haciendo con los mismos aviones contra su propia población, hasta el momento en que finalmente logró aplastar el terror interno como lo llamaban.

La coalición

Todo esto es bastante impresionante, y tiene que ver con la coalición que está siendo organizada para librar la guerra contra el terror. Y es muy interesante ver cómo se está describiendo dicha coalición. Así que echemos una mirada al Christian Science Monitor del 18 de octubre. Es un buen periódico. Uno de los mejores periódicos internacionales con una verdadera cobertura mundial. El principal artículo, el de la portada, es sobre todo cómo a la gente no le gustaba Estados Unidos, pero ahora están comenzando a respetarlo, y están muy contentos con la forma en la que EE.UU. está conduciendo la guerra contra el terror. Y el primer ejemplo, en realidad el único ejemplo serio (los otros son un chiste) es Argelia. Resulta que Argelia siente mucho entusiasmo por la guerra de EE.UU. contra el terror. La persona que escribió el artículo es un experto en África. Debe saber que Argelia es uno de los Estados terroristas más sanguinarios del mundo, y que ha estado aplicando un terror horrendo contra su propia población durante los últimos años. Durante un tiempo, el hecho fue mantenido en secreto. Pero fue finalmente denunciado en Francia por desertores del ejército argelino. Lo sabe todo el mundo en Francia, en Inglaterra, y en otros países. Pero aquí, aquí estamos muy orgullosos porque uno de los peores Estados terroristas del mundo saluda ahora con entusiasmo la guerra de EE.UU. contra el terror.

Y si se considera la coalición que está siendo formada contra el terror, vemos mucho más. Un miembro destacado de la coalición es Rusia, contenta de que EE.UU. apoye su guerra terrorista asesina en Chechenia en lugar de criticarla de vez en cuando desde las bambalinas. China se une con entusiasmo. Está contenta de conseguir apoyo para las atrocidades que está cometiendo en la zona occidental contra lo que califica como secesionistas musulmanes. Turquía, como acabo de mencionar, está feliz con la guerra contra el terror. Son expertos. Argelia e Indonesia, deleitados de tener aún más apoyo estadounidense para las atrocidades que está realizando en Aceh y en otros sitios. Ahora bien, podemos repasar toda la lista, la lista de los Estados que se han unido a la coalición contra el terror es bastante impresionante. Tienen una característica común. Están, ciertamente, entre los principales Estados terroristas del mundo. Y son dirigidos por el campeón mundial.

Esto nos hace retornar a la pregunta, ¿qué es el terrorismo? Hay algunas respuestas fáciles. Hay una definición oficial. Se puede encontrar en, los códigos o en los manuales del ejército de EE.UU. Una breve elucidación tomada de estos es bastante adecuada, y es que terror es el uso calculado de la violencia o de la amenaza de violencia para lograr objetivos políticos o religiosos a través de la intimidación, la coerción, o la provocación de miedo. Eso es terrorismo. Es una definición bastante justa. Creo que sería razonable aceptarla. El problema es que no puede ser aceptada, porque si lo fuera, originaría una serie de consecuencias erróneas. Por ejemplo, todas las consecuencias que acabo de mencionar. Hay ahora mismo un importante esfuerzo en la ONU para tratar de desarrollar un exhaustivo tratado sobre el terrorismo.

Pero hay un problema. Si se utiliza la definición oficial de terrorismo en el exhaustivo Tratado, se va a llegar a resultados desacertados. No se puede proceder así. La realidad es peor todavía. Si se lanza un vistazo a la definición de Guerra de Baja Intensidad, que es una política oficial de EE.UU., se ve que es una paráfrasis muy próxima de lo que acabo de leer. En realidad, un Conflicto de Baja Intensidad es simplemente otro nombre para el terrorismo. Es el motivo por el cual todos los países (que yo sepa) llaman a todo acto horrendo que cometen, contra-terrorismo. Sucede que nosotros lo llamamos contra-insurgencia o Conflicto de Baja Intensidad. Así que hay un problema serio. No podemos utilizar la verdadera definición. Tenemos que encontrar cuidadosamente una definición que no lleve a consecuencias indeseadas.

¿Por qué votaron EE.UU. e Israel contra una resolución importante condenando el terrorismo?

Hay algunos problemas adicionales. Algunos se presentaron en diciembre de 1987. La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución muy enérgica contra el terrorismo, condenando la plaga en términos muy firmes, llamando a todos los Estados a combatirla por todos los medios. Fue aprobada casi por unanimidad. Un país, Honduras, se abstuvo. Dos votos en contra, los dos de costumbre, EE.UU. e Israel. ¿Por qué iban a vota EE.UU. e Israel contra una importante resolución condenando enérgicamente el terrorismo, en realidad utilizando en gran parte los mismos términos que estaban siendo usados por la administración Reagan? Hay una razón, se trata de un párrafo en esa extensa resolución que dice que nada en la misma cuestiona los derechos de los pueblos que luchan contra regímenes racistas y colonialistas o contra la ocupación militar extranjera en su derecho a continuar en su resistencia con la ayuda de otros (otros Estados, Estados extranjeros) en su justa causa. De modo que EE.UU. e Israel no pueden aceptar algo semejante. La razón principal por la que no lo podían permitir en esa época era África del Sur, que era un aliado, calificado así oficialmente. Había una fuerza terrorista en África del Sur, se llamaba el Congreso Nacional Africano. Oficialmente, constituía una fuerza terrorista. África del Sur, al contrario, era un aliado y, evidentemente, no podíamos apoyar las acciones de un grupo terrorista que luchaba contra un régimen racista. Sería algo imposible.

Y lógicamente hay otro caso. Es el de los territorios ocupados por Israel, desde hace 35 años. Apoyado sobre todo por EE.UU para impedir una solución diplomática desde hace tres décadas. En esa época había otro motivo. Israel estaba ocupando el sur de Líbano y encontraban la resistencia de lo que EE.UU. llama una fuerza terrorista, Hizbulá, que finalmente logró expulsar a Israel de Líbano. Y no podemos permitirle a nadie que luche contra una ocupación militar, cuando la apoyamos, y por eso EE.UU. e Israel tuvieron que votar contra la principal resolución de la ONU contra el terrorismo. Como dije antes, un voto de EE.UU. en contra... es esencialmente un veto. Lo que representa sólo la mitad del cuento. También es un veto que la excluye de la historia. Así que nada de todo esto fue publicado, y nada de esto ha aparecido en los anales del terrorismo. Si uno revisa los trabajos más eruditos sobre el terrorismo, no ve nada de lo que acabo de mencionar. La razón es que los que tienen los fusiles no son los que se quisiera. Hay que afinar cuidadosamente las definiciones y la erudición, para llegar a las conclusiones correctas; de otra manera no puede haber una erudición respetable y un periodismo honorable. Éste es el tipo de problemas que impiden el esfuerzo por desarrollar un Tratado exhaustivo contra el terrorismo.

4. ¿Cuáles son los orígenes del crimen del 11 de septiembre?

Finalmente, ¿cuáles son los orígenes de los crímenes del 11 de septiembre? Aquí tenemos que hacer una distinción entre dos categorías, que no debieran confundirse. Una se refiere a los agentes directos del crimen, la otra es una especie de reserva, sobre la, por lo menos simpatía (a veces apoyo), que han podido provocar incluso entre gente que se opone fuertemente a los criminales y a sus acciones. Y éstas son dos cosas muy diferentes.

Bien, con respecto a los perpetradores, en cierto modo no los tenemos realmente muy claros ya que EE.UU. o no puede o no quiere presentar ninguna prueba que tenga sentido. Hubo una especie de representación teatral hace una o dos semanas, en la que se había previsto que Tony Blair fuera el protagonista. No sé exactamente cuál era el propósito del asunto. Tal vez era para que EE.UU. apareciera como si estuviera reteniendo alguna evidencia que no podía revelar, o para que Tony Blair pudiera representarla con algunas poses churchillianas o algo así. Sean cuales fueren las razones de aquellas "relaciones públicas", hizo una representación que en círculos serios fue considerada tan absurda que apenas fue mencionada. Por ejemplo en el Wall Street Journal (uno de los periódicos más serios) hubo un pequeño artículo en la página 12 (creo) en el que señalaban que no hubo muchas pruebas y luego citaron a algún alto funcionario estadounidense diciendo que no importaba si había alguna prueba, porque lo iban a hacer de todas maneras. ¿Así que para qué preocuparse por las pruebas? La prensa más ideológica, como el New York Times y otros, tuvieron grandes titulares en primera página. Pero la reacción del Wall Street Journal fue razonable y si se consideran las llamadas pruebas, se ve por qué. Pero supongamos que fuera cierto que las había. Me sorprende cuán débiles eran. De alguna manera pienso que se podría hacer algo mejor sin ningún servicio de inteligencia. En realidad, recuerden que esto sucedió después de semanas de la investigación más intensiva en la historia de todos los servicios de inteligencia del mundo occidental, trabajando horas extra, tratando de juntar algo. Y se trataba de un caso de presunciones de hecho, un caso muy sólido incluso antes de que se tuviera algo. Y terminó más o menos donde comenzó, con un caso de presunciones de hecho. Así que supongamos que es verdad. Supongamos que, lo que parecía obvio el primer día, aún lo sigue siendo, que los verdaderos perpetradores, venían de las redes islámicas radicales, llamadas aquí, fundamentalistas, de las que la red de Bin Laden es, sin duda, parte importante. Si estaban implicadas o no, nadie lo sabe. En realidad no tiene gran importancia.

Antecedentes

¿De dónde vinieron esas redes? Sabemos todo al respecto. Nadie sabe eso mejor que la CIA, porque ayudó a organizarlas y las amamantó durante mucho tiempo. Efectivamente, la CIA y sus asociados de otras partes: Pakistán, Gran Bretaña, Francia, Arabia Saudita, Egipto, China, los reunieron en los años 80. La idea era tratar de hostigar a los rusos, el enemigo común. Según el Consejero de Seguridad Nacional del presidente Carter, Zbigniew Brzezinski, EE.UU. comenzó a participar a mediados de 1979. Hay que recordarlo para tener claras las fechas. Rusia invadió Afganistán en diciembre de 1979. Es decir, según Brzezinski, el apoyo de EE.UU. a los muyahidin que combatían al gobierno comenzó 6 meses antes. Está muy orgulloso de ello. Dice que atrajimos a los rusos a (son sus palabras) la trampa afgana, apoyando a los muyahidin, metiéndolos a invadir, introduciéndolos en la trampa. Logramos desarrollar ese increíble ejército mercenario. Nada insignificante, tal vez unos 100.000 hombres o algo así, juntando a los mejores asesinos que logramos encontrar, fanáticos islamistas radicales de África del Norte, Arabia Saudí, de dondequiera que pudiéramos encontrarlos. A menudo los llamaban los afganis, porque muchos de ellos, como Bin Laden, no eran afganos. Fueron traídos por la CIA y sus amigos de otras partes. No sé si Brzezinski dice la verdad o no. Puede haber estado presumiendo porque, evidentemente, está muy orgulloso del asunto a pesar de las consecuencias. Pero tal vez sea cierto. Algún día lo sabremos si alguna vez se publican los documentos. De todas maneras, es su percepción. En enero de 1980 ya no cabía duda alguna de que EE.UU. estaba organizando a los afganis y a esa masiva fuerza militar para tratar de causar el máximo de problemas a los rusos. Era legítimo que los afganos combatieran contra la invasión rusa. Pero la intervención de EE.UU. no estaba ayudando a los afganos. En realidad, ayudó mucho más a destruir el país. Los así llamados afganis, se salieron con la suya... obligaron a los rusos a retirarse, finalmente. Aunque muchos analistas creen que probablemente retardaron su retirada, porque estaban buscando la manera de irse. De todas maneras, como sea, se retiraron.

Mientras tanto, las fuerzas terroristas que la CIA estaba organizando, armando, y entrenando, continuaron de inmediato con su propia agenda. No era nada secreto. Uno de sus primeros actos fue en 1981, cuando asesinaron al presidente de Egipto, que fue uno de los más entusiastas de sus creadores. En 1983, otro ataque suicida, que puede o no haber estado conectado con ellos, es bastante oscuro, nadie lo sabe. Pero fue un atacante suicida quien hizo salir a los militares estadounidenses de Líbano. Y la cosa continuó. Tienen su propia agenda. EE.UU. logró movilizarlos para que combatieran por su causa, pero mientras tanto estaban haciendo lo suyo. Sabían muy bien adónde iban. Después de 1989, cuando los rusos se habían retirado, simplemente se volcaron en otras direcciones. Desde entonces han estado luchando en Chechenia, China Occidental, Bosnia, Cachemira, el Sudeste Asiático, Africa del norte, por todas partes.

Nos dicen exactamente lo que piensan

Estados Unidos quiere silenciar el único canal de televisión libre en el mundo árabe, porque está emitiendo toda una gama de cosas desde Powell a Osama Bin Laden. Así que EE.UU. se está uniendo ahora a los regímenes represivos del mundo árabe para tratar de clausurarlo. Pero vale la pena escuchar lo que dice Bin Laden. Hay numerosas entrevistas realizadas por importantes reporteros occidentales, si no se quiere escuchar su propia voz, Robert Fisk, entre otros. Y lo que ha estado diciendo es bastante consecuente, desde hace tiempo. No es el único, pero tal vez sea el más elocuente. No ha sido sólo consecuente desde hace tiempo, también es consecuente con sus acciones. Hay todas las razones del mundo para tomarlo en serio. Sus enemigos principales son lo que llaman los regímenes autoritarios, corruptos y opresivos, del mundo árabe, y cuando dice eso, tiene bastante resonancia en toda la región. También quieren reemplazarlos por auténticos gobiernos islamistas. Y ahí es donde pierden el apoyo de la gente de la región. Pero hasta ese momento, los apoyan. Desde su punto de vista, incluso Arabia Saudí, el Estado más extremadamente fundamentalista del mundo (aparte de los talibán, que son un vástago suyo), tampoco les es suficientemente islamista a sus ojos. Cuando llegan a ese punto, reciben poco apoyo, pero hasta ese punto, lo tienen y mucho. También quieren defender a los musulmanes en todas partes. Odian a los rusos como si fueran veneno, pero en cuanto los rusos se retiraron de Afganistán, dejaron de realizar actos terroristas en Rusia, como los que habían hecho con el respaldo de la CIA antes dentro de Rusia y no sólo en Afganistán. Se trasladaron a Chechenia. Pero allí están defendiendo a los musulmanes contra una invasión rusa. Lo mismo en todos los otros lugares que he mencionado. Desde su punto de vista, están defendiendo a los musulmanes contra los infieles. Eso lo tienen muy claro y es lo que han estado haciendo.

¿Por qué se situaron contra Estados Unidos? Eso tuvo que ver con lo que califican de invasión de Arabia Saudí. En 1990, EE.UU. estableció bases militares permanentes en Arabia Saudí, lo que desde su punto de vista es comparable con la invasión rusa de Afganistán, con la excepción de que Arabia Saudí es mucho más importante. Allí se encuentran los lugares más sagrados del Islam. Y ése es el motivo por el cual sus actividades se volvieron contra EE.UU. Como recordarán, en 1993 trataron de hacer volar el World Trade Center. Lo lograron en parte, pero no completamente, y eso fue sólo una parte. Querían volar el edificio de la ONU, los túneles Holland y Lincoln, el edificio del 17131. Creo que la lista era más larga. Lograron una parte, pero no todo. Una persona está en la cárcel por ello, entre todos los que fueron encarcelados, es un clérigo egipcio que había entrado a EE.UU. a pesar de las objeciones del Servicio de Inmigración, gracias a la intervención de la CIA que quería ayudar a su amigo.

¿Cuál es la base de apoyo?

No es difícil descubrir en qué consiste. Una de las cosas buenas que han ocurrido desde el 11 de septiembre es que parte de la prensa ha comenzado a revelar algunas de estas cosas. El mejor, que yo sepa, es el Wall Street Journal que comenzó de inmediato, a publicar informes serios, investigando informes serios, sobre las razones por las que la gente de la región, aunque odia a Bin Laden y a pesar de todo lo que está haciendo, lo sigue apoyando en muchos sentidos, e incluso lo considera como la conciencia de Islam, como dijo alguien. Ahora bien, el Wall Street Journal y otros, no auscultan la opinión pública. Están auscultando la opinión de sus amigos: banqueros, profesionales, abogados internacionales, empresarios ligados a Estados Unidos. Y sus actitudes son muy explícitas y muy claras, y de muchas maneras concordantes con el mensaje de Bin Laden y otros. Están furiosos con Estados Unidos por su apoyo a regímenes autoritarios y brutales; su intervención para bloquear cualquier tendencia hacia la democracia; su intervención para detener el desarrollo económico; sus políticas de devastación de la sociedad civil de Irak, mientras fortalecen a Sadam Hussein; y recuerdan, aunque allí se prefiera no hacerlo, que Estados Unidos y Gran Bretaña apoyaron a Sadam Hussein durante sus peores atrocidades, incluyendo la utilización de gases letales para asesinar a los kurdos. Y desde luego, su apoyo económico, militar y diplomático para posibilitar esa ocupación, y sigue haciéndolo. Y lo saben, y no les gusta. Especialmente cuando va combinado con la política de EE.UU. hacia Irak, hacia la sociedad civil iraquí que está siendo destruida. Esas son básicamente las razones, la gente lo reconoce y lo apoya.

Esa no es la manera como la gente en Estados Unidos quiere ver las cosas, sobre todo por los liberales de izquierda. No he hecho un verdadero estudio, pero pienso que la opinión de derecha ha sido, generalmente, más honesta. Pero si uno considera, por ejemplo, el New York Times, en la primera columna de opinión que publicaron, de Ronald Steel, un intelectual liberal serio de izquierda. Se preguntan ¿Por qué nos odian? Fue el mismo día, creo, en que el Wall Street Journal publicó la encuesta sobre por qué nos odian.

Decía "Nos odian porque abogamos por un nuevo orden mundial de capitalismo, individualismo, secularismo, y democracia, que debiera ser la norma por todas partes". (Por eso nos odian). El mismo día, el Wall Street Journal pasa revista a las opiniones de banqueros, profesionales, abogados internacionales y dicen "miren, los odiamos porque ustedes están bloqueando la democracia, ustedes están impidiendo el desarrollo económico, ustedes están apoyando regímenes brutales, regímenes terroristas y ustedes están cometiendo cosas horribles en la región". Un par de días más tarde, Anthony Lewis, considerado a la izquierda, explicó que el terrorista sólo busca el "nihilismo apocalíptico", nada más y no importa qué es lo que hagamos, no importa. La única consecuencia de nuestras acciones, dice, que podría ser dañina, es que podría dificultar el que los árabes se unan al esfuerzo de la coalición contra el terrorismo. Pero fuera de eso, todo lo que hagamos es irrelevante.

Bueno, ya saben, es por lo menos algo reconfortante. Hace que nos sintamos bien, y que nos digamos lo maravillosos que somos. Posibilita que evadamos las consecuencias de nuestras acciones. Pero tiene un par de defectos, uno es que no tiene nada que ver con todo lo que sabemos. Y otro defecto es que es la manera perfecta de asegurarse de que escalemos el ciclo de la violencia. Si uno quiere vivir con los ojos cerrados y pretender que nos odian porque se oponen a la globalización, ése sería el motivo por el que asesinaron a Sadat hace 20 años, o por el que combatieron contra los rusos, por el que trataron de volar el World Trade Center en 1993.

5. ¿Cuáles son las opciones políticas?

Una fuente que no se pude considerar "radical extremista", el Vaticano, dijo de inmediato, miren, se trata de un horrible crimen terrorista. En el caso de un crimen, uno trata de encontrar a los perpetradores, los presenta a la justicia, los juzga. No se mata a civiles inocentes. Es como si alguien roba en mi casa y pienso que el que lo hizo vive en el vecindario al otro lado de la calle. No salgo con un fusil de asalto a matar a todos en ese vecindario. No es la forma como se enfrenta el crimen, sea un crimen pequeño o uno realmente masivo como el de la guerra terrorista de EE.UU. contra Nicaragua.

Cuando el IRA colocó bombas en Londres, se trató de un asunto bastante serio. Gran Bretaña podría, (fuera del hecho de que no era factible, dejemos eso de lado) haber dado una posible respuesta, bombardeando Boston que ha sido la fuente de la mayor parte de la financiación [del IRA]. Y desde luego arrasando Belfast occidental. Ahora bien, fuera de la factibilidad, hubiera sido una idiotez criminal. Más o menos lo que hicieron fue buscar a los perpetradores, juzgarlos, y buscar los motivos.

Pero eso presenta problemas. Un problema es que Estados Unidos no reconoce la jurisdicción de algunas instituciones internacionales. Así que no podemos recurrir a ellas. Ha rechazado la jurisdicción del Tribunal Internacional de Justicia. Se ha negado a ratificar el Tribunal Penal Internacional. Es suficientemente poderoso para establecer un nuevo tribunal, si quiere hacerlo, que no interfiera en ninguna cosa. Pero hay problemas con cualquier tipo de tribunal: sobre todo que se requieren alguna clase de pruebas. (No a Tony Blair hablando por televisión).

Puede ser que la gente que lo hizo, se mató. Nadie lo sabe mejor que la CIA. Son redes descentralizadas, no jerárquicas. Siguen un principio que es llamado Resistencia sin Dirigentes. Es el principio que fue desarrollado por los terroristas de la ultraderecha Cristiana en EE.UU.. Se llama Resistencia sin Dirigentes. Son pequeños grupos que hacen cosas. No hablan con nadie más. Hay una especie de antecedentes generales de suposiciones, y la cosa se hace. En realidad, la gente en el movimiento contra la guerra está bastante familiarizada con el tema. Solíamos llamarlos grupos de afinidad. Si uno supone correctamente que el grupo que sea al que uno pertenece está siendo infiltrado por el FBI, cuando algo serio está sucediendo, no se deciden las cosas en una reunión. Se hacen con alguna gente que uno conoce y en la que confía, un grupo de afinidad, y entonces no hay infiltrados. Es una de las razones por las que el FBI nunca pudo descubrir lo que sucedía en ninguno de los movimientos populares. Y lo mismo vale para otras agencias de inteligencia. No pueden. Eso es resistencia sin dirigentes en grupos de afinidad, y las redes descentralizadas son muy difíciles de infiltrar. Y es muy posible que simplemente no sepan más. Cuando Osama Bin Laden pretende que no estuvo implicado, es muy posible que así sea. En realidad, es bastante difícil de imaginar cómo un individuo en una cueva en Afganistán, que ni siquiera tiene una radio o un teléfono, pueda haber planificado una operación altamente sofisticada. Lo probable es que forme parte del fondo. Como en otros grupos terroristas de resistencia sin dirigentes. Lo que significa que va a ser extremadamente difícil encontrar evidencias.

Y EE.UU. no quiere presentar pruebas porque quiere poder actuar sin tenerlas. Es la parte crucial de nuestra reacción. Nótese que EE.UU. no pidió la autorización del Consejo de Seguridad, que probablemente habría atendido en este caso, no por hermosas razones, sino porque los otros miembros permanentes del Consejo de Seguridad también son Estados terroristas. Están contentos con unirse a una coalición contra lo que llaman el terror, concretamente en apoyo de su propio terror. Como Rusia que no iba a vetarlo, están felices. Así que EE.UU. probablemente habría obtenido la autorización del Consejo de Seguridad, pero no la quería. No nos preocupa la negociación. No nos preocupan los tratados. Somos los más fuertes, hacemos lo que nos da la gana.

Y tiene sentido. Y generalmente funciona. El principal historiador que ha escrito sobre esto en los últimos años es Charles Tilly en un libro llamado Coerción, Capital y los Estados Europeos. Señala que la violencia ha sido el principio fundamental de Europa durante siglos y la razón es que funciona. Casi siempre funciona, si se tiene un predominio abrumador de la violencia y una cultura de la violencia que lo respalde. Por ello tiene sentido seguirla. Todos los problemas que surgen cuando se siguen caminos legales. Y si usted tratara de seguirlos, abriría verdaderamente algunas puertas muy peligrosas. Como EE.UU. exigiendo que los talibán entreguen a Osama Bin Laden. Y responden, de una manera que se considera como totalmente absurda y extravagante en Occidente, diciendo: "de acuerdo, pero primero dennos algunas pruebas". En Occidente, eso se considera absurdo. Es un signo de su criminalidad. ¿Cómo pueden pedir pruebas? Si alguien nos pidiera que entregáramos a alguien lo haríamos mañana mismo. No pediríamos ninguna prueba. No tenemos que inventar casos. Por ejemplo, en los últimos años, Haití ha estado solicitando a Estados Unidos que extradite a Emmanuel Constant. Es un asesino importante. Es una de los principales implicados en la matanza de unas 4000 o 5000 personas a mediados de los años noventa, bajo la junta militar, que casualmente estaba siendo apoyada, no muy tácitamente, por las administraciones Bush y Clinton, contrariamente a lo que se pregonaba. En todo caso, es un asesino importante. Tienen muchas pruebas. No hay problemas de pruebas. Ya ha sido juzgado y condenado en Haití y están pidiendo a Estados Unidos que lo entregue. En realidad Haití renovó la petición hace un par de semanas. Ni siquiera fue mencionado el asunto. ¿Por qué íbamos a entregar a un asesino convicto que fue responsable en gran parte por el asesinato de 4000 o 5000 personas hace un par de años? En realidad, si lo entregáramos, quién sabe lo que diría. Tal vez diría que estaba siendo financiado y ayudado por la CIA, lo que probablemente es cierto. No queremos abrir esa puerta, y puede conducirnos en direcciones muy desagradables.

Denominaciones

La retórica inicial hablaba de un ataque masivo que mataría visiblemente a mucha gente y también de un ataque contra otros países en la región. Bien, la administración Bush se apartó sabiamente de esa idea. Todos los dirigentes extranjeros, la OTAN, todos los demás, todos los especialistas, supongo también sus propias agencias de inteligencia, les podían decir que sería la cosa más estúpida que podrían hacer. Simplemente sería como si abrieran oficinas de reclutamiento para Bin Laden en toda la región. Es exactamente lo que quiere. Y sería extremadamente dañino para sus propios intereses. Así que se apartaron de esa idea. Y se están volviendo hacia lo que describí antes, que es una especie de genocidio silencioso.

Una proposición sensata podría ser considerada, planteando que haya una iniciativa de la ONU que reúna a afganos expatriados o a supuestos dirigentes tribales del interior, que mantendría totalmente fuera del asunto a los rusos y los estadounidenses. Son los dos países que han prácticamente borrado al país del mapa en los últimos 20 años. Debieran permanecer fuera del asunto. Debieran pagar masivas reparaciones. Pero sería éste su único papel. Una iniciativa de la ONU para reunir a elementos del interior de Afganistán que podría tratar de construir algo sobre las ruinas. Es concebible que funcionaría, con mucho apoyo y ninguna interferencia.

Recordarán que al comienzo iba a ser una Cruzada, pero dejaron eso de lado porque los agentes de relaciones públicas les dijeron que eso no funcionaría. Y después iba a ser "Infinite Justicie", Justicia Infinita, pero los agentes de relaciones públicas les dijeron, esperen un momento, ustedes hablan como si fueran una divinidad. Así que no funcionaría. Y entonces lo cambiaron a "Enduring Freedom", Libertad Duradera. Sabemos lo que significa. Pero nadie ha señalado hasta ahora, por suerte, que eso contiene una ambigüedad. [Endure = durar en inglés también significa soportar, aguantar dolor o sufrimiento, N.d.T.] Endure implica sufrir. Y hay mucha gente en el mundo que han sufrido lo que llamamos libertad.

Si queremos reducir el nivel del terror y no escalarlo, hay un camino fácil para lograrlo y que sin embargo no se discute nunca: es dejar de participar en el terror. Eso reduciría automáticamente el nivel del terror.

Fuera de eso, debiéramos repensar el tipo de políticas, y la de Afganistán no es la única, con las que organizamos y entrenamos a ejércitos terroristas. Tienen consecuencias. Estamos viendo algunas de esas consecuencias ahora. Un caso es el 11 de septiembre. Repiénsenlo.
 
 

El texto recoge lo esencial de la intervención de Noam Chomsky en el Foro de Tecnología y Cultura en MIT el pasado 18 de octubre, y ha sido cedido directamente por el autor a la edición española de Le Monde diplomatique


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