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CULTURA PARA LA ESPERANZA número 50. Invierno 2003

Entrevista sobre el proyecto La Realidad

En febrero de 2000, salió a la calle en Cantabria un periódico llamado "La Realidad", sorprendiéndonos con un periodismo diferente, que desvelaba lo oculto, lo opaco, la mentira, que siempre son compañeros de viaje de la prepotencia política y de cualquier tipo de poder. Al cabo de dos años de vida les han obligado a callar. Y por ser este hecho relevante dentro de la libertad de expresión, hablamos con dos de sus responsables. Esta fue nuestra conversación.

 

P.- ¿Cómo surgió la idea de constituir el semanario "La REALIDAD"? ¿Cuáles eran vuestras ideas, motivaciones, para acometer una empresa de este calibre?

R.- Fueron diversas. En primer lugar la propia situación de los medios de comunicación en Cantabria, donde no existe un contrapeso a escala regional de lo que nosotros llamamos "pensamiento único". En este sentido, considerábamos (y seguimos considerando) que hay un espacio social y de pensamiento progresista que no está siendo representado en el periodismo actual; así existen muchos casos, situaciones, problemas que no son considerados interesantes para informar de ellos. Esos medios, de alguna manera, representan a lo institucional. Y primando la información institucional, dejan de lado muchísimas situaciones, actividades y aspiraciones de la gente. En nuestro caso, la propuesta era que dicho espacio estuviera ocupado por la participación popular, por los movimientos sociales. Algo alejado de lo institucional, pero sin renunciar a cubrir todos los aspectos de la vida social y política de nuestra sociedad.

Por otro lado, también pesaba (y sigue pesando) en nuestra idea de concebir la información, el hecho global. Es decir, la acelerada concentración de grandes grupos multimedia que está trayendo consigo la llamada "globalización". El fenómeno creciente de que los medios de comunicación influyentes estén en cada vez menos manos y se hayan convertido en grandes mecanismos del poder. En ese sentido, el proyecto de "la REALIDAD" suponía una especie de revulsivo o intento alternativo a esta situación de dominio informativo "globalizado".

P.-¿Cómo pensasteis resolver la financiación de un periódico que requiere una base económicamente fuerte? ¿Teníais medios?

R.- Bueno, la verdad es que nosotros teníamos la idea, teníamos las ganas y nos veíamos con suficiente ilusión y fuerza para sacarlo adelante, pero evidentemente no teníamos dinero suficiente para un proyecto de tal envergadura. Se pueden tener buenas ideas, pero el dinero… no sale de la nada. Aunque se suele decir que el convencimiento y la voluntad mueven montañas. Este podría ser uno de esos casos. Al no tener en buena medida recursos propios, se imponía buscar apoyos entre aquellos a los que iba dirigido el proyecto, las clases populares sobre todo; personas desinteresadas que creían en la necesidad de este nuevo medio de comunicación y confiadas en que nosotros precisamente podríamos materializarlo.

Así pues, todo lo empezamos hablando con la sociedad civil, a la que antes se llamaba pueblo. Durante más de dos años nos recorrimos la región, taberna a taberna, barrio a barrio, casa a casa. Hablando con toda aquella gente de buena fe que nos quería escuchar y compartir la idea, participar de alguna manera, etc… Así fuimos generando lo que se denominó "Consejo de Apoyo".

Dicho "Consejo" se iba constituyendo con personas que iban entendiendo la propuesta. Con ellas creamos una especie de "banca popular". Es decir, la gente prestaba un dinero a la Cooperativa de Trabajadores que iba a poner en marcha la editora, a un plazo de dos años y sin intereses. La gente prestaba una cantidad de dinero (cada cual lo que podía según su situación) persiguiendo una rentabilidad social más que un interés económico. En un proyecto de estas características no podría ser de otra manera. La gente demostró una vez más su sabiduría, puesto que buscar plusvalías monetarias habría sido absurdo. Así, hubo personas que prestaron 30 euros y otras el equivalente a 250.000 pesetas. Poco a poco se fue constituyendo un pequeño capital social que ayudaba a la puesta en marcha del periódico.

Por otro lado, hacíamos campaña de suscripciones previa a la salida del semanario. Es decir, íbamos suscribiendo a personas que confiaban en que íbamos en serio y que saldría el proyecto adelante. De ese modo, antes de salir casi teníamos 300 suscripciones y esto se sumaba al activo. Evidentemente con eso no era bastante. No existe masa social suficiente en nuestra tierra (por una cuestión demográfica y política), imperando un sustrato ultraconservador muy rudo, frente a minorías progresistas muy limitadas, atomizadas y, por tanto, con escasa o mínima capacidad de influencia. Esto también lo teníamos analizado; precisamente era una de las cosas que se pretendía con "La REALIDAD". Informando sobre lo que realmente pasa, de manera clara, podíamos ayudar a levantar la cabeza y la dignidad de este pueblo, y elevar los parámetros pseudodemocráticos en los que nos movemos por aquí. Además de los recursos del Consejo de Apoyo y las suscripciones, los cinco cooperativistas asumimos la necesidad de endeudarnos personalmente en tres millones de pesetas cada uno para aportar lo que, más o menos, suponía el 70% de las necesidades financieras que considerábamos mínimamente necesarias.

P.- ¿Fue difícil organizar toda la infraestructura del periódico? ¿Cuántos trabajadores lo formabais?

R.- Como no podía ser de otra forma, desde el principio nos planteamos generar un sistema de redacción y administración austero, para aprovechar al máximo los recursos. Para ello el componente técnico, la utilización de las nuevas tecnologías, se hacía primordial. Así, lo que se puede considerar "infraestructura" del periódico no fue excesivamente complejo, aunque sí muy laborioso. No solamente por la maquinaria y los medios, sino por el acoplamiento del factor humano. Eso fue laborioso y hubo que pasar por diversas fases de superación. Además lo que si nos fuimos dando cuenta, sobre la marcha, es que por mucho que lucháramos no íbamos a conseguir la infraestructura (en todos los terrenos) más adecuada o que podríamos denominar "suficiente". No obstante de eso, te vas dando cuenta que cuando empiezas a andar ya no te paras. Miras hacia adelante con indudable disposición a tratar de superar todos los obstáculos mientras las fuerzas te aguanten.

La Cooperativa de Trabajadores inicial la formábamos seis personas, pero finalmente quedamos cinco (hubo un compañero que se retiró antes de empezar a salir el periódico). Luego se fue tejiendo toda una red de colaboradores. Desde personas que participaban con artículos o secciones temáticas en el periódico hasta periodistas jóvenes que se pusieron a disposición de la dirección del semanario.

No obstante, cada día surgían nuevas necesidades que eran muy difíciles de superar. Es algo que resulta casi imposible de apercibir extramuros. De todas formas como podríamos decir que "íbamos marchando…", muy desde abajo y con muchas dificultades… pero "marchando". Y arañando el espacio informativo que nos estaba esperando porque nos pertenecía, a nosotros y a los que estaban detrás nuestro apoyándonos.

P.- ¿Como fue vuestra experiencia en cuanto a las dificultades que tuvisteis que asumir hasta lograr dar salida al periódico en la calle?

R.- Bueno, dificultades todas. No tanto en lo que nosotros controlábamos directamente. Pero sí el llegar a acuerdos con todo el complejo entramado que supone poner un periódico en la calle (imprenta, distribución, proveedores, etc…). En eso, desde luego, tenemos que agradecer a todo el mundo la buena voluntad, el diálogo y la buena disposición. Otra cosa es el aspecto institucional, donde la administración autonómica nos dio la espalda y además con multitud de irregularidades. La Dirección Regional de Trabajo nos negó en primera instancia algo a lo que tiene derecho toda empresa que pone en marcha una iniciativa que genera puestos de trabajo, como es la subvención por creación de empleo que se acuerda todos los años con los sindicatos con fondos de la Unión Europea. A nosotros se nos denegó y, cuando se dieron cuenta del desaguisado, rectificaron en parte y chapuceramente, produciéndonos un quebranto de más de dos millones de pesetas que eran vitales para la puesta en marcha del proyecto.

Estas zancadillas imprevistas nos dieron que pensar. Incluso en aquellos momentos de gestación del periódico se empezaron a escuchar rumores sobre aspectos de boicot a "La REALIDAD" (¡que todavía no existía!) por parte de diversos estamentos de la región. Luego estos temores se confirmarían con creces, con la más ruda y persistente campaña de demolición que ha conocido la historia de la Prensa en Cantabria. Ese acoso sistemático no se produjo desde cualquier parte, sino por personajes muy relevantes de la política institucional. Algo se debían temer ya desde el principio cuando han exhibido tanta ferocidad en el empeño de acabar con el periódico.

P.- ¿A lo largo de su andadura fue creciendo las ventas en los quioscos y las suscripciones? ¿Teníais con ello lo suficiente para llevar la empresa adelante?

R.- Efectivamente, una de las cosas que más nos llamó la atención es que el sistema de suscripción iba creciendo sostenidamente. Este crecimiento constante, además, no menoscababa la venta de ejemplares en el quiosco. Esta venta directa no crecía espectacularmente, pero tampoco descendía sino que se mantenía estable. Para nosotros el crecimiento de las suscripciones era fundamental y una gloria porque ello significaba que teníamos un lector fiel y un nivel de acogida sostenido. Eso quería decir que el semanario era cada vez más conocido. La contrapartida, este es el problema de los altos costes de toda prensa escrita, era que el ritmo lento alejaba la posibilidad de alcanzar la sostenibilidad en poco tiempo. Nos situaba en un plazo más prolongado. Esa lentitud del crecimiento provocaba no pocos problemas personales (dificultades financieras para poder atender sueldos de subsistencia de los cooperativistas, poder afrontar de forma regular algunos pagos, etc…). No obstante, nada extraño ni alejado de las situaciones que atraviesan tantas empresas y que no ponen en cuestión su viabilidad en la mayor parte de los casos.

Muchas de esas dificultades eran producto de salir desde abajo y padecer la consiguiente debilidad de no tener otro mecenas que el apoyo social y no poder tener recursos para campañas de difusión del semanario. Luego hubo un factor determinante y que nos produjo no poca decepción y desilusión. La impronta de un periodismo de sensibilidad social, abierto a todos los movimientos sociales y de base sin exclusiones, encarnando la libertad de expresión en toda su amplitud, por tanto no panfletario ni obediente a ninguna sigla en concreto, no fue del todo bien entendido por algunas de las organizaciones abanderadas de la izquierda. Pero eso es harina de otro costal.

Si algunas de estas organizaciones hubieran tenido más visión y menos cicatería o miopía histórica, habrían tenido hacia "la REALIDAD" una actitud más constructiva. Habrían sido más positivos, en vez de dejarnos solos y a merced del enemigo que nos atacaba sin respiro y con toda la artillería. Ello habría sido posible si éstas hubieran asumido el proyecto tal y como se planteaba. No como una prensa encorsetada en sus propios aparatos, sino como una prensa abierta, alternativa y de respuesta a lo que nos ofrece el sistema. Que, en este sentido, es nada.

P.- La publicidad habrá sido otro factor de sostén económico. ¿Ha habido alguna dificultad en este terreno?

R.- Cantabria es una región pequeña, algo más de 500.000 habitantes. Eso, lo mismo que es bueno para muchas cosas (se puede trabajar en espacios cortos, con un conocimiento muy claro de lo que pasa en todo momento), pero también provoca situaciones a la contra. En el terreno de la publicidad es donde nosotros esperábamos el mayor boicot.

Lo esperamos así porque, como todos sabemos, la relación entre poder político y económico es, en general, muy fuerte en todos los lados. En Cantabria, a diferencia de otras comunidades, esta relación común es inexistente. Aquí no se sabe donde empieza lo uno y acaba lo otro. Además esos poderosos intereses no tienen contrapesos políticos de oposición –en absoluto en lo institucional y muy débil en lo social-. No se sabe donde está la línea y no es porque sea difusa, sino inexistente a nuestro modo de ver. La relación entre empresa pública o semipública – política – y empresa privada no existe. Está todo metido en el mismo saco.

Ante esto es evidente que el "control" que se ejerce desde el sistema de dominación, político y económico, es prácticamente absoluto. Este "control" local se ejerce desde un solo vértice, en una simbiosis de intereses públicos y privados de tipo caciquil y mafioso. Se trata de una pirámide donde todo el mundo "debe" algo al señor (el puesto de trabajo del hijo, el contrato para tal obra, el propio empleo, la recalificación del "prao" para construir una urbanización, o incluso –alguno piensa- la propia jubilación o el permiso de obra para arreglar el baño de tu casa). Estos "favores" (que la mayor parte de las veces son derechos constitucionales) se "deben" al alcalde, al concejal, al consejero, y también al empresario (que puede ser alcalde, concejal o consejero, o familiar de ellos, o lo que sea…). Lo mismo funciona, en muchísimos casos, hasta con alcaldes pedáneos o, incluso, con presidentes de asociaciones, con sus cuotas de poder. De esa manera, la corrupción y el "control" atraviesan todos los estamentos en una escala de dependencia social total y absoluta. A eso algunos lo llaman en esta tierra "feudalismo" o "mafia" y no andan muy desencaminados.

Dentro de ese marco es evidente que la "orden" es la de "al enemigo, ni agua". Y en este contexto "mafioso" las "familias" del poder político-empresarial le habían declarado la guerra a un periódico independiente y crítico. La consigna conspiratoria funciona sin cartas, sin llamadas telefónicas y sin "ordenes" orales concretas. Simplemente un comentario es suficiente. Y ese comentario lo pueden hacer en la sala de reuniones, en la taberna, en el cine, en la romería del pueblo, etc… en cualquier evento local. Y muchas veces, también funciona la propia inhibición porque "se sabe" que puede tener "consecuencias". Así, la política comercial de publicidad que nos quedaba en "la Realidad" era intentar ir, también, "por abajo". Es decir, tratar con el pequeño empresario, con entidades económicas "sin contaminar", o simplemente sin dependencias excesivas del sistema mencionado. Por lo tanto, muy difícil.

A modo de ejemplo: La principal entidad financiera regional (semipública) pone publicidad en todos los rincones que puede (es su política). Lo mismo pone un anuncio en un fanzine de unos jóvenes que en el boletín de una asociación determinada. En el caso de "La REALIDAD", siendo un ámbito de publicidad muchísimo más importante, las puertas siempre estuvieron cerradas por consigna. Esa misma entidad ha sido capaz de "contratar" y pagar publicidad falsa en un medio de comunicación local, que estaba igualado en número de lectores con "La REALIDAD", por un valor de 30 millones de pesetas en un año. Otro ejemplo: en "La REALIDAD" teníamos contratos de publicidad que algún empresario pagaba religiosamente porque el periódico le gustaba, pero con la condición expresa de que el anuncio no se insertara en el periódico. Lo hacía así para no tener "determinados" problemas. Creemos que es bastante ilustrativo del panorama.

P.- ¿Ha sido muy costoso abriros camino a la expansión social de "La REALIDAD"? ¿Cuáles consideráis que pueden ser las causas?

R.- Las posibilidades de expansión social de "La REALIDAD" estaban dadas. Muy lentas y difíciles por la propia situación, pero avanzaron en dos años y estaban desarrollándose sin pausa. Ahora bien, también hay que decir que la incomprensión de algunas organizaciones, o la indolencia, o ambas cosas, no ayudaba nada a generar un ritmo más rápido de implantación social. No es lo mismo dirigirte directamente a la gente, ir sumándola al proyecto, acostumbrándola a leer el periódico y a sentirlo propio (en eso nosotros casi íbamos uno por uno, pero funcionando) que una organización se tome la apuesta en serio y desarrolle campañas en esa dirección. Sobre todo cuando era lo natural. Éramos el medio natural de la mayoría de los movimientos sociales y estos los componen personas que significan votos y más movimiento. Algo tan simple resulta, al parecer, difícil de entender para algunos líderes o cuadros de ciertas organizaciones.

Por nuestra parte tenemos que decir que a lo largo de dos años las relaciones con los movimientos sociales fueron excelentes en general

P.- Dada la importancia de lo que decís respecto a esas incomprensiones ¿podéis detallarlo mejor?

R.- Será un poco largo de explicar pero resulta muy ilustrativo. Matizando lo anterior, hemos detectado algunos problemas que van a ser difíciles de superar en un futuro próximo:

Primero, hay todavía gente de izquierda que piensa en medios de comunicación "propios", o sea, "suyos" y de nadie más. Algo así como el órgano de la organización para reafirmarse en los militantes o convencidos. Sin embargo esto no funciona. No ayuda a extender hacia fuera las ideas de la organización, a entablar debates con otros movimientos u organizaciones, etc… Además está demostrado que no funciona de ninguna de las maneras.

Si nosotros proponíamos (y proponemos) una alternativa de Prensa en la que los periodistas hagan su trabajo "sin ser la voz de su amo", ese "amo" de la redacción no puede existir en ningún lado (ni por arriba, ni por abajo). En esto ha habido bastante desconcierto por parte de algunas personas activas en organizaciones, y determina que nos queda mucho camino por andar, para llegar a entender la diversidad (interna y externa), el pluralismo, etc…

Otra cosa muy destructiva es la cuestión personalista. En una sociedad tan pequeña, la cuestión de las "personas" es importante. Si te encuentras a alguien al que no le caes bien, o con quien has tenido alguna discusión en algún momento, eso se tiene en cuenta en el terreno organizativo. Es una pena, pero es así. En ese sentido, ha habido algunas actitudes sectarias, ideas confusas sobre el proyecto planteado, etc… que no obedecían a un análisis objetivo del trabajo que se estaba haciendo y sí a simples "sensaciones" demasiado particulares. Para ilustrar esto decir que una organización social muy importante, durante casi un año se mantuvo a distancia del proyecto porque personas dirigentes de la misma pensaban que éste era de otra organización, también muy importante y que está en competencia con ella. Todo porque uno de los cooperativistas es afiliado a la última. También hubo boicot a la publicación hasta por cuestiones de rivalidad o celos o envidias, causados por amistades mal entendidas. En fin, unos absurdos que socavaban el proyecto sin remedio.

Luego está el asunto de la "línea" editorial. Consiste en "apoyar" un proyecto de esta índole solamente cuando publica lo que a ti te gusta, o a tu organización. Se reivindican cuestiones de "línea" y a la postre nadie sabe en qué consiste esa "línea", cual debe ser para uno o para el otro. Una "línea" difusa o, cuanto menos, abstracta. O bien que se apoya en "si me publicas lo que yo quiero" y todas esas cosas. Eso genera una situación de "dependencia" total de la redacción y la ata de manos. Son presiones que nadie plantea a los medios burgueses, pero que sí se ejercen sobre un medio alternativo. Cuando debería ser todo lo contrario.

P.- ¿Cuándo empezó a surgir el acoso político-económico?

R.- Bueno, el acoso, tal y como hemos comentado, empezó incluso antes de salir el periódico a la calle. Cuando estábamos gestionando la puesta en marcha de la cooperativa. Y, ya más en concreto y por la vía judicial a partir de las tres semanas de existencia. En que el alcalde de Argoños, Joaquín Fernández San Emeterio, rompió el fuego y nos presentó una querella criminal por su "honor"que el juzgado posteriormente archivó.

P.- ¿Cuántas querellas y demandas realizaron los poderes para intentar eliminar "La REALIDAD?

R.- Unas cinco demandas civiles y tres querellas criminales. Como hemos dicho, el alcalde de Argoños empezó con una querella penal. Luego el Consejero de Economía, Federico Santamaría, interpuso una demanda civil. Le siguió el alcalde de El Astillero, aunque este último no llegó a materializar la demanda (se quedó en acto de conciliación). Al poco tiempo fue Carlos Saiz quien interpuso una demanda similar a la de Santamaría. La esperpéntica sentencia de 20 millones de pesetas realizada por la jueza Laura Cuevas y la posibilidad de ejecutarla provisionalmente por parte de Carlos Saiz ha sido la causa mayor que hizo desaparecer "La REALIDAD"de los quioscos. También presentó demanda civil por el "derecho al honor" Francisco Rodríguez "Kiko", portavoz del grupo parlamentario del PP en el Parlamento cántabro y ahora secretario general del PP. Este último prosiguió con la acción judicial incluso después de haber desaparecido el periódico. El resultado ha sido otra esperpéntica sentencia dictada por un juez sustituto con una multa de dos millones y medio de pesetas. Luego, en paralelo, Miguel Angel Revilla, secretario general del Partido Regionalista, vicepresidente del Gobierno cántabro y consejero de Obras Públicas y Urbanismo presentó una querella criminal, en base a un artículo de opinión de un lector de "la REALIDAD". Dicha querella fue archivada por el juzgado. Y por último, también al mismo tiempo, el alcalde de Comillas, Pablo García Suárez, presentó también querella criminal contra el semanario, de la cual no sabemos nada.

P.- ¿Cual ha sido vuestra respuesta de resistencia ante ese acoso?

R.- En primer lugar nuestra respuesta no se podía dar en otro terreno que el seguir con la línea trazada en cuanto a la propuesta que se hacía desde el semanario. Es decir, continuar con el trabajo, seguir cumpliendo cada lunes con nuestros lectores, amigos y suscriptores por mucho esfuerzo y sacrificio que costara, pese al terrible acoso que estaba sufriendo la cooperativa editora y el director del periódico desde todos los ángulos. Persistir era la respuesta de dignidad que mejor podíamos dar.

Al mismo tiempo tampoco nos olvidamos de la movilización, en contacto con la gente y con las personas que seguían el proyecto. Así organizamos, en estos dos años de vida del semanario, del orden de cuatro o cinco asambleas convocadas públicamente para informar, debatir y sacar conclusiones sobre la situación. Contábamos con la participación, aunque esta fuera muy limitada. Incluso, cuando salió la sentencia de 20 millones por la demanda de Carlos Saiz se organizó una concentración en la Plaza del Ayuntamiento de Santander y cuando ejecutó y provocó el cierre del periódico hubo una concentración y manifestación que resultó un éxito participativo. Pero el mal ya estaba hecho.

P.- Tuvisteis una demanda en la que el juez sentenció contra "La REALIDAD" interpretando una intención por vuestra parte de menoscabar el honor de Carlos Saiz (Secretario General del PP en esos momentos, diputado regional y Presidente del Consejo de Caja Cantabria) a pesar de vuestra constancia de los hechos publicados. No se entiende. ¿No hubiera sido más correcto que el juzgado comprobara primero la veracidad de los argumentos del demandante en cuanto a la recuperación de su honor?

R.- Bueno, en general, todos sus argumentos en las demandas consistían en que les "perseguíamos". O sea, que por informar sobre temas que nadie publicaba hasta ese momento, les estábamos persiguiendo. El victimismo que planteaban en las demandas rayaba en la hipocresía más absoluta, pero evidentemente, el sistema de poder autóctono que hemos mencionado anteriormente no deja de abarcar también a diversos sectores judiciales. El caso es que, según ellos, éramos cuatro cooperativistas y cuatro jóvenes periodistas los que les "perseguíamos". Ellos están limpios de polvo y paja.

En las demandas había otra obsesión permanente por su parte: saber quiénes eran las personas que "contaban las cosas" y que estaban dentro de sus filas. O sea, quién "se iba de la lengua". En ese aspecto, el acoso judicial sobre el director del periódico para que revelara las fuentes de información era constante. Evidentemente, ningún periodista puede revelar las fuentes y ellos lo saben. Pero esa misma paradoja es la que da pie al juez para justificar sus sentencias.

Efectivamente, en ninguna de las sentencias los jueces se han preocupado de contrastar la veracidad, de investigar si es cierta o no alguna de las cuestiones publicadas. Se da por supuesto la falsedad al no revelar las fuentes de información por parte del director. Incluso se ha llegado a decir al Juez en qué cena, en casa de quién, con cuantas personas presentes, se han comentado y dicho cosas que luego han sido publicadas y motivo de sentencia condenatoria. Pero nunca han llamado a dichas personas para contrastar o carear a nadie.

P.- ¿Qué es el honor?

R.- Nosotros preferimos hablar de dignidad, el honor es un "valor" que tiene mucho componente machista y decimonónico, de arrojar el guante y duelo al amanecer con padrinos. Estamos en el siglo XXI, aunque lamentablemente en eso de los padrinos nuestra tierra no haya pasado todavía por el XX. En fin. También es un arma fundamental del Estado español para coartar la libertad de expresión e información acerca de las personas públicas. En ese sentido los anglosajones nos llevan ventaja democrática. Si en los EEUU hubiera existido el derecho a ese "honor" jamás se habría investigado periodísticamente el "Watergate" del presidente Nixon y nunca lo habrían destituido a pesar de sus múltiples trapacerías.

P.- La sentencia del juzgado se emitió muy rápido e igual de rápido Carlos Saiz solicitó al juzgado la ejecución provisional de la misma, obligando a pagar a "La REALIDAD" 20 millones de pesetas más otros 7 de costas e intereses, estando pendiente vuestro recurso. Sin embargo este último no se manifiesta con la misma celeridad ya que aún está pendiente en el juzgado. ¿Vuestro honor no importa? Parece más importante el honor del poderoso frente al débil. ¿No revela esto con claridad meridiana que hay una justicia para ricos y otra para pobres?

R.- Bueno, en esto hay que ser claros. Cuando Carlos Saiz presenta la demanda lo hace en el mismo momento en que entra en vigor la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil del Partido Popular (que a la postre es la que permite la ejecución provisional de la sentencia y, por ende, la quiebra de la cooperativa editora), o sea, a primeros de enero de 2001 (había pasado casi un año desde que se habían publicado los artículos motivo de dicha demanda).

La celeridad del juzgado en este caso es apabullante ya que es a primeros de junio de 2001 cuando se dicta la sentencia. A mediados de diciembre es cuando Carlos Saiz solicita la ejecución provisional. Sin embargo, del recurso interpuesto por nuestros abogados ante la sentencia todavía no sabemos nada. O sea, la sentencia tardó menos de seis meses, mientras nosotros llevamos ya más de año y medio esperando que salga nuestro recurso por algún lado. Mucho nos tememos que en la Justicia de aquí haya diferentes varas de medir, según el poderío que ostenten los actores de los pleitos. Es evidente, en este caso, que ha funcionado de una manera para quien tiene poder y de otra para quien trabaja, construye proyectos y busca el progreso social.

P.- La situación generada por el embargo provisional supuso el cierre del semanario. ¿Cuánto tiempo duró la confrontación con el poder? ¿Cuánto tiempo estuvo en la calle "La REALIDAD"?

R.- Hay que decir que en ningún momento el proyecto de "La REALIDAD" se había elaborado desde una perspectiva de confrontación por nuestra parte. Nuestro afán era tratar de buscar y demostrar que existen espacios mediáticos e informativos en nuestra sociedad, que son necesarios y que no están ocupados en estos momentos. Era dar una respuesta plural, diversa, ante una situación uniforme de la información, sobre todo, hegemónica y empleada como arma desde grupos muy cerrados de poder. Esto, evidentemente, para quien ejerce de poder desde una perspectiva poco, o nada, democrática es una confrontación. Pero no lo es en si mismo desde una idea de sociedad democrática y participativa.

Por otro lado, comentar que "La REALIDAD" estuvo saliendo a los quioscos de Cantabria durante casi dos años. En este sentido hay que decir que ha sido el proyecto de medio de comunicación alternativo que más ha resistido en nuestra tierra de todos los planteados desde la época de la transición política post-franquista.

P.- ¿Cómo veis, desde esta experiencia, la respuesta de la ciudadanía y de este sistema que impide la libertad de expresión?

R.- Después de vivir, y sufrir, esta experiencia hemos visto muchas cosas. Por ejemplo la situación de amordazamiento, de inmovilidad que se ha producido entre los ciudadanos. Hemos visto el miedo en los ojos de la gente. Puede que incluso ese temor sea razonable vista la catadura de los que mandan. Se ha visto que sólo puedes decir lo que quien mantiene las riendas está dispuesto a consentir. Pero también hay que decir otra cosa. Una sociedad no avanza sin oxigeno democrático y la libertad de expresión y de conciencia es parte fundamental de ese oxígeno necesario. La historia se mueve y la sociedad también aunque aparezca apalancada en momentos determinados. Muchos sectores sociales han sido solidarios y han entendido la propuesta de medio que realizamos. Ahora bien, por ahora, son sectores débiles, poco numerosos y con escasa incidencia social frente al tremendo poder que hemos definido anteriormente.

P.- Os he oído decir que nos encontramos con una situación social que se podría describir como "derrota colectiva" ¿queréis explicarlo?

R.- Bueno, no sabemos si eso lo hemos dicho nosotros. Lo que sí decimos es que, en nuestra opinión, el diagnóstico que hemos mencionado sobre la salud democrática en nuestra Comunidad supone una situación terrible de falta de libertades públicas y la permanencia de un déficit político preocupante. Persiste un amordazamiento que lleva a no poder ni tan siquiera manifestar resistencias. Si los políticos de tres al cuarto que gobiernan Cantabria son capaces de cerrar un medio de comunicación como "la REALIDAD", incipiente, débil, con una base social en construcción y aquí no pasa nada, es que nuestra sociedad está muy enferma y en la UVI desde el punto de vista democrático. Si eso es así no creemos que se pueda hablar de "derrotas". Esas se dan cuando hay batallas y luchas. Si no hay esto último, la situación es peor. No hay "derrota" porque no ha habido lucha. Nuestra apuesta es luchar por derechos democráticos y si salimos derrotados habrá que volver a emprender el camino. Una derrota no supone la desaparición de las causas que originan la lucha.

P.-"La REALIDAD" ha desaparecido. Pero parece que se están buscando posibilidades tratando de poner en marcha un nuevo proyecto en la misma dirección en cuanto a la defensa de la libertad de expresión y el derecho de información de los ciudadanos. Después de la experiencia vivida ¿cómo es el nuevo proyecto?, ¿va a tener modificaciones en cuanto a formas, contenidos, financiación, etc...?

R.- Es cierto. Después del cierre de "la REALIDAD", de la manifestación de enero y del Festival de Música Folk-Rock organizado en abril, se mantiene una cierta base social que sigue reivindicando este espacio. En ese sentido y con esos apoyos, se está organizando la posibilidad de volver a ocupar nuestro sitio en el terreno de la información. Desde luego que no podrá ser igual que antes, es decir, unos cooperativistas en precario que son "apoyados" por diversos sectores de personas o de colectivos. Ahora cualquier propuesta, una vez demostrado que el espacio existe, pasa por la participación directa de la sociedad civil, de sus organizaciones, en cualquier proyecto nuevo y alternativo. Se está trabajando por constituir una sociedad anónima muy participada. Pero evidentemente la condición imprescindible es que haya compromisos concretos de personas, entidades, organizaciones y, como no, de algunas empresas que puedan tener interés en el proyecto. Desde el punto de vista periodístico no creemos que haya más cambios que los de poner en la calle un medio todavía más sólido, más completo y con más proyección, pero siempre dentro del espacio logrado. Para ello tenemos habilitada una página web (www.otrarealidad.net) donde se informa de todo ello.

P.- En la publicidad del nuevo proyecto hay una expresión muy interesante dentro del documento "Cómo ser dueños de un periódico". ¿Podríais explicarlo?

R.- Creemos que está claro. Se plantea la participación directa en una nueva sociedad editora del nuevo semanario a través de la propiedad de acciones de la misma. Una propiedad que, creemos, reunirá las condiciones de pluralidad, diversidad y representatividad social. Por eso están llamados todos los ciudadanos y ciudadanas a participar, a comprar acciones de esta nueva editora y a ser parte de la misma. Por eso decimos "Cómo ser dueños de un periódico" porque si existe esa participación, esto será un proyecto cuya propiedad tendrá una base popular inimaginable hace años.

 

Los poderes estarán orgullosos por haber acallado la voz de La Realidad, pero al mismo tiempo nos descubren su rostro: "que el objetivo del sistema informativo es la adaptación al orden establecido y la ocultación y racionalización del desorden establecido". Y cómo gracias a este proceso de colonización cultural, el sistema está en condiciones de hacer circular la desinformación como información, de legitimar la mentira como verdad, asfixiando toda información ciudadana crítica, que abdicando de su responsabilidad para que la política sirva al bien común, con su silencio da vía libre a la prepotencia y al arribismo egoísta del partidismo, consintiendo toda clase de abusos, desigualdades e injusticias.

Esto nos lleva a la necesidad de un periodismo independiente, que nos ayude a conocer la realidad, creando una sensibilidad y concienciación política que despierte la responsabilidad de la sociedad civil, como ciudadanía vigilante, para que la política sirva a la verdad, a la justicia y a la fraternidad entre los hombres. Haría un gran servicio porque: sin ciudadanía no hay democracia real; sin ciudadanía no hay transformación social. Sabemos el riesgo que corre el mensajero de ser condenado al silencio. Pero cuando se cierra una senda, se abren otras nuevas si estamos convencidos de que la verdad y la libertad se deben conquistar aquí y ahora, y que la democracia no es sólo un voto, ni algo que nos es dado, sino también, una conquista permanente.

Mercedes Cabello Etxabe

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