CULTURA PARA LA ESPERANZA número 52. Verano 2003
GLOBALIZACIÓN SIN RESPUESTA
Toda la batería publicitaria de acoso a la conciencia por parte del sistema neocapitalista vigente tiende a que nos acostumbremos a la llamada globalización y a que la aceptemos, al menos con resignación cuando no con entusiasmo. Pero nosotros no queremos ni acostumbrarnos ni resignarnos. Por eso insistimos en el tema.
Porque es evidente que con la globalización, entendida como la mercantilización absoluta de todos los aspectos de la vida humana con simultaneidad en el tiempo y con universalidad en el espacio, todos se sienten –nos sentimos- un tanto o un mucho nerviosos. En la globalización se perciben aspectos inquietantes en grado sumo o, lo que es lo mismo, nos desquicia –nos saca de quicio-, nos deja sin apoyo, sin sosiego.
Y todo ello,
Permítannos ahora aducir algunos hechos, que han sido noticia en la prensa de estos días, que nos permitan aclarar y confirmar lo anterior:
Más de 44.500 trabajadores están afectados por regulaciones de empleo en 32 de las empresas más importantes de las que operan en nuestro país. Destaca Telefónica con l5.000 de una plantilla de 40.600, SEAT con 9.000, Aceralia con 6.000, Iberdrola con 3168, BSCH con 1.500.
El sindicato perdió la huelga por las 35 horas llevada a cabo en los estados de la antigua Alemania del Este. "Incapaces de interpretar los signos de los tiempos –anota el comentarista- los dirigentes del IG Metall lanzaron en junio a los trabajadores de la industria del automóvil en el este de Alemania a una huelga por las 35 horas semanales", "Al otro lado del Oder, a escasos kilómetros de las fábricas en huelga, se encuentra un ejército industrial de reserva de polacos, checos y húngaros dispuestos a trabajar muchas más horas y por mucho menos salario del que perciben los alemanes".
¿Qué es esto? Ya dicen carchuto el recluta y el sargento. ¿Aún ha de aumentar los destrozos la globalización para que quieran ver claro?
¿No habíamos quedado en que la seguridad ciudadana era prioritaria para los Gobiernos de la UE?
Ya saben. El ruido, aunque les vuelva locos, produce bienestar.
Visto lo anterior, ¿no es cierto que la globalización es realmente inquietante? Pero lo que a nosotros más nos preocupa es la actitud, la postura que se tome ante ella.
Prescindimos ahora de las actitudes de los Gobiernos y de las Instituciones Internacionales. Todos y todas sin excepción –véase el caso de Lula- aceptan la intangibilidad del sistema financiero, columna vertebral del sistema. Los responsables de buena voluntad no nos atrevemos a afirmar que todos sean corruptos, aunque camino lleven- a lo más que aspiran es a paliar las consecuencias del sistema. ¿Contra qué terceros –personas y/o biosfera- recaerán las consecuencias de cuadrar en Brasil el círculo vicioso de dar de comer a los hambrientos y cumplir con la disparatada deuda del país?
Nos inquieta más, si cabe, el comportamiento de las personas y colectivos sociales; si bien prescindimos asimismo de los conformistas –que son legión- para quienes el sistema no tiene alternativa y lo que procede, por tanto, es sacarle el mayor partido posible utilizando sus mismas armas: la lucha competitiva. A lo sumo, con un cínico "lo siento" tratan de aliviar su conciencia.
Los que en estos momentos centran más nuestra atención y preocupación son quienes, igualmente convencidos de la imbatibilidad del sistema pero conscientes de sus nefastas consecuencias, luchan, -con frecuencia, denodadamente- por achicarlas. También son legión, y en ella podemos englobar el amplio mundo de las ONGs, el llamado voluntariado, muchos movimientos sociales dedicados a programas de desarrollo, etc.
Con frecuencia hemos expuesto nuestro pensamiento en relación con este tema, y les servirá de gran provecho leer con detenimiento el libro "Voluntariado, sociedad civil y militancia" de la Dra. Ana Mª Rivas Rivas.
En conjunto, y a pesar de la buena voluntad y aun el sacrificio heroico de muchos, la actuación de este complejo y variado mundo nos parece nefasta, contraproducente. Por una parte, oculta –y, de hecho, disculpa- la responsabilidad de las instituciones públicas, supliéndolas en lo que es su cometido, y, por otra, imposibilita o dificulta el nacimiento y crecimiento de un auténtico movimiento opositor al sistema en lo que es su entraña y esencia: la destrucción de la dignidad de la persona al instrumentalizarla al servicio de la riqueza y del dominio de unos pocos.
Tampoco renunciamos a ejemplarizar lo que estamos afirmando. He aquí una noticia trasmitida enfáticamente por la revista "Vida Nueva":
"El "Fondo Santander Central Hispano Responsabilidad, FIM", que se ha comenzado a comercializar hace pocos días, es un nuevo fondo de inversión de los llamados éticos, que ha sido posible gracias al acuerdo que el citado banco ha suscrito con la Fundación Pablo VI. La característica principal de este fondo de inversión será la utilización de su patrimonio en empresas cuyos principios estén en armonía con la Doctrina Social de la Iglesia, ofreciendo así a los inversores la posibilidad de que su dinero sea rentable en conformidad con sus principios éticos".
A esto sencillamente no hay derecho. El primer principio de la Doctrina Social de la Iglesia, machaconamente reiterado por el Papa actual, reza así: "Todos los bienes de este mundo en su conjunto tienen un destino universal, es decir, están destinados a la satisfacción de las necesidades básicas de todas y cada una de las personas".
De verdad, ¿creen los promotores de esta iniciativa que el sistema financiero en particular y, en general, el sistema empresarial están orientados y organizados para satisfacer las necesidades humanas? Si eso fuera verdad, ¿por qué el aumento de las desigualdades humanas, el hambre, el paro, la exclusión? Porque medios y poder para remediarlo lo tienen hasta dejarlo de sobra ¿Tanto ha cambiado y tan virtuoso se ha hecho el sistema financiero desde los tiempos de Pío XI que ya en 1931 clamaba:
"Salta a la vista de todos, en primer lugar, que en nuestros tiempos no sólo se acumulan riquezas, sino que también se acumula una descomunal y tiránica potencia económica en manos de unos pocos, que la mayor parte de las veces no son dueños, sino sólo custodios y administradores de una riqueza en depósito, que ellos manejan a su voluntad y arbitrio.
Dominio ejercido de la manera más tiránica por aquellos que, teniendo en sus manos el dinero y dominando sobre él, se apoderan también de las finanzas y señorean sobre el crédito, y por esta razón administran, diríase, la sangre de la que vive toda la economía y tienen en sus manos así como el alma de la misma, de tal modo que nadie puede ni aun respirar contra su voluntad".
Desde luego, con iniciativas como la que comentamos, ante quien tenga un mínimo sentido de la realidad y de la historia, se desacredita la Doctrina Social de la Iglesia, la Iglesia y cuanto se ponga por delante. Y a eso nadie tiene derecho por muy Fundación Pablo VI que sea. Es el sistema financiero y empresarial el que hay que cambiar de raíz, sin parches que pretendiendo embellecerlo lo afean horriblemente.
Aparece pues manifiesto que, hoy por hoy la globalización propia del sistema neoliberal capitalista no tiene respuesta, no tanto porque no la haya cuanto porque no hay voluntad de llevarlo a la práctica. Ello llevaría consigo más esfuerzo y sufrimiento de lo que el aburguesamiento de nuestra sociedad es capaz de tolerar.
Por supuesto, salvamos el surgimiento de los nuevos movimientos sociales, aun incapaces de ofrecer una alternativa amplia y conjunta, pero que entendemos van mejor encaminados que los asistencialistas y reformistas.
Nosotros propugnamos una respuesta radical frente a la globalización, respuesta que venimos perfilando, largo tiempo ha, en la revista y en los editoriales de la misma.
Hoy simplemente queremos alertar contra inútiles y desviadas iniciativas que el sistema puede perfectamente asimilar.
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