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CULTURA PARA LA ESPERANZA número 52. Verano 2003

"EL PAPEL DE LAS MUJERES EN LA SEGURIDAD ALIMENTARIA"

LA SEGURIDAD ALIMENTARIA se ha solido definir como : "el acceso permanente de todas las personas a una alimentación suficiente para llevar una vida sana y activa" (definición Banco Mundial). Sin embargo, a raíz de los escándalos de las vacas locas, de los pollos con dioxinas, del uso masivo de antibióticos y hormonas en el engorde animal, de la introducción de los transgénicos en la cadena alimentaria....hablar de seguridad alimentaria en nuestro entorno es hablar, sobre todo y ante todo, de si los alimentos que consumimos son saludables, nutritivos, seguros.... olvidándonos casi por completo del aspecto -crucial todavía para muchas personas en el mundo- de si son suficientes. Y no es de extrañar que la calidad de los alimentos se haya convertido en un tema preocupante, especialmente para las mujeres, ya que la salud de las personas -y en definitiva su bienestar-, depende en gran medida del consumo de alimentos sanos, cosa cada vez más difícil de garantizar, aún en nuestras sociedades occidentales de la abundancia.

LAS CAUSAS: UN MODELO INDUSTRIAL DE PRODUCCION Y DE DISTRIBUCIÓN

En realidad estos dos aspectos de la seguridad alimentaria: acceso y calidad, o mejor dicho su carencia, son dos caras de la misma moneda, consecuencia directa de un modelo de producción y de distribución de alimentos que se impone a partir de los años 50 con la llamada "revolución verde" (1), y con el predominio de lo industrial/urbano sobre lo rural. Este modelo se pretende consolidar hoy, en una economía globalizada, con la introducción de cultivos transgénicos y de semillas patentadas, y se caracteriza por el creciente control de toda la cadena alimentaria por parte de la industria, que intenta relegar a quien labra la tierra para producir alimentos a un papel dependiente, marginal, invisible, o sencillamente a la categoría de "desaparecid@". La alimentación en nuestros días se ha convertido en un negocio multimillonario en el que, curiosamente, l@s agricultor@s apenas participan, y en el que consumidor@s y productor@s son extrañ@s, separad@s por multitud de eslabones de un poderoso conglomerado industrial. L@s agricultor@s dependen de mercados cada vez más lejanos y el transporte, almacenaje, procesado y comercialización de los alimentos cobran peso en detrimento de la producción. En EEUU, donde la implantación de este modelo está más avanzada, de cada dólar gastado por una familia en alimentos, sólo 17 centavos terminan en el bolsillo de quien los ha producido, yendo el resto a parar a las grandes cadenas de alimentación. De esos 17 centavos más de la mitad acabarán también en los bolsillos de la industria del ramo... ya que a partir de los años 50 los gastos de las explotaciones agrícolas (en semillas, pesticidas, piensos, maquinaria....) se han disparado, y en EEUU suponen ya más del 80% de los ingresos brutos de l@s agricultor@s (2). Y, por supuesto, cuanto menos sepamos l@s consumidor@s sobre quién, cómo y donde se ha cultivado lo que llega a nuestra mesa, mejor para el negocio alimentario. En efecto, en la actualidad una decena escasa de transnacionales del sector químico y farmacéutico, de alimentación, y de distribución, lógicamente más preocupadas por sus beneficios que por asegurar una alimentación sana y suficiente a la humanidad, ejercen un monopolio cada vez más preocupante sobre la producción y sobre el abastecimiento de alimentos en el mundo.

LOS GIGANTES DE LA AGROBIOTECNOLOGIA

Ranking global de empresas, por sector (en millones de dólares, basados en las ventas de 1998)

Gigante Genético

Agroquímico

Semillas

Farmacéutico

SYNGENTA = Novartis

Nº 1 7.050m. $$

Nº 3 1.000m. $$

Nº 4 AstraZeneca

(Suiza) + Astrazeneca

12.750 m $$

(Reino Unido

Nº 7 Novartis 11.175m. $$

AVENTIS = Hoechst

Nº 2 4.675m. $$

134m. $$

Nº 2 13.650m. $$

(Alemania + Rhone

Poulenc (Francia)

PHARMACIA

Nº 3 4.030m. $$

Nº 2 1.800m. $$

Nº 9 9.000m. $$

Monsanto (EEUU) +

Pharmacia & Upjohn

(Suecia-EEUU

DUPONT

+Pioneer (EEUU)

Nº 4 3.155m. $$

Nº 1 1.835m.$$

Nº 42 1.109m. $$

DOW CHEMICAL

+ Cargill (EEUU)

nº 7 2.130. $$

162m. $$

no hay datos

Fuente: S. Ribeiro, RAFI, 1999.

EL MODELO Y SUS REPERCUSIONES

La agricultura de la revolución verde, basada en el cultivo de variedades selectas (y uniformes) "de alto rendimiento" y en una creciente especialización y mecanización del campo, produce mayores cosechas; eso sí, de una sola variedad, y a condición de que se emplee una cantidad también creciente de abonos y plaguicidas químicos. Si atendemos únicamente al volumen de determinados alimentos producidos, podría considerarse que esta "revolución" en las formas de producir ha sido todo un éxito: las montañas de excedentes agrícolas del mercado común, cuyo almacenamiento y eliminación se convirtieron en la pesadilla de la agricultura europea hace unos pocos años, serían una buena muestra de ello. Pero si tenemos en cuenta otros factores, ciertamente importantes, como el destino de esos alimentos (o, dicho de otra forma, quien puede permitirse el lujo de sentarse a la mesa con el plato lleno), si son nutritivos y saludables (además de tener buen aspecto), y si su producción es sostenible (o insostenible, es decir pan para hoy y hambre para mañana), el panorama es bien distinto.

Como solución al problema del hambre, el éxito de este modelo se transforma en un estrepitoso fracaso cuando sabemos que actualmente más de 800 millones de personas viven a diario la terrible angustia de no saber si tendrán suficiente para comer, y de ver cómo sus hij@s y personas queridas se van debilitando.... a pesar de que desde 1950 la producción mundial de alimentos casi se ha triplicado . En las regiones que han registrado mayores avances en términos de seguridad alimentaria el factor decisivo han sido las reformas sociales y económicas, más que las tecnológicas. En China, entre 1970 y 1990 las cifras del hambre se redujeron de 406 a 189 millones de personas; sin embargo esta espectacular mejora se debió a la ‘revolución China’, y no a tecnologías milagrosas. Si excluimos a China, en el mismo periodo el número de personas hambrientas en el mundo aumentaba considerablemente: de 536 a 597 millones (3). Y es que el problema del hambre en el mundo no es una cuestión de producción, sino de acceso a los alimentos, o a los recursos necesarios para producirlos (:tierra, semillas, agua, ...). En el mundo se producen suficientes alimentos para abastecer adecuadamente a la humanidad, hoy, y en un futuro previsible (4). El problema, aunque nos quieran convencer de lo contrario, no es de escasez, sino claramente de reparto:

A gran escala, por destinarse a cultivos para la exportación las mejores tierras agrícolas de las regiones empobrecidas del llamado Tercer Mundo. Paradójicamente, en una mayoría de países esto viene impuesto por la obligación de pagar una deuda externa en la que las facturas de grandes presas e infraestructura para la "modernización" agrícola son con frecuencia un abultado pellizco. Un caso paradigmático de una región donde abundancia y carencia escandalosa de alimentos van parejas sería Brasil, tercer país exportador de alimentos del mundo, y en el que viven más de 70 millones de personas hambrientas. Pero muchas otras regiones donde las grandes hambrunas se han cobrado millones de vidas en los últimos años, como el Sahel, Etiopía, Somalia... disponían, e incluso exportaban alimentos en tiempos de hambre (5).

A pequeña escala, porque los alimentos no llegan a los hogares que carecen de ingresos suficientes para poder pagarlos, incluso en medio de la abundancia: en EEUU más del 8% de la población infantil padece hambre, y para más de 30 millones de estadounidenses una dieta sana se ha convertido en un lujo inasequible. Ó porque quienes tradicionalmente producían para atender las necesidades familiares, en años malos se ven obligados a vender los alimentos destinados a su familia, y con frecuencia sus tierras de cultivo, para cubrir los crecientes gastos de producción; ó se ven privados del acceso a recursos comunes (tierras, semillas, agua,... ) imprescindibles para producir alimentos, y que con una rapidez de vértigo están pasando a convertirse en monopolio privado de las grandes transnacionales del sector.

Las repercusiones de este modelo de producción/distribución de alimentos en todo el mundo han sido francamente devastadoras, particularmente para los sectores más desprotegidos, entre los que se encuentran la mujer y el medio ambiente.

Más de la mitad de la población mundial, y en algunas regiones hasta el 70 y 80 por ciento, practica una agricultura de subsistencia: es decir, produce para alimentar a sus familias, y -si el año viene bueno-, para vender pequeños excedentes con los que cubrir sus modestas necesidades. Y más de la mitad de la comida del mundo la producen las mujeres, que seleccionan y guardan las semillas, labran la tierra, siembran, cosechan, almacenan los alimentos, y cocinan. En el Africa subsahariana las mujeres cultivan el 80% de los alimentos destinados al consumo familiar; en el subcontinente indio producen del 70% al 80% , y en América Latina y el Caribe, el 50% (6). Sin embargo, las mujeres son propietarias solamente del 2% de las tierras de cultivo del mundo (7), y en la actualidad grandes extensiones de terrenos comunales, que históricamente -aunque no siempre- facilitaban una mayor participación y control de la mujer, están pasando a manos de agencias gubernamentales, compañías transnacionales, o particulares, expropiando en la práctica a las mujeres de su medio de vida. Sin acceso a la tierra, la seguridad alimentaria de millones es un cruel espejismo -ó pura demagogia-. La revolución verde y la creciente privatización de recursos y liberalización de los mercados agrarios, han exacerbado el problema del acceso a la tierra, obligando a millones de familias campesinas a malvender sus tierras para pagar unos costes (semillas, abonos, plaguicidas, agua....) que la cosecha no alcanza a cubrir, y migrar a las ciudades. Si hace unas décadas la introducción de la revolución verde en los países industriales supuso un éxodo rural sin precedentes, proporcionando mano de obra barata a la industria de los núcleos urbanos, hoy sigue expulsando del campo a millones en las regiones menos "desarrolladas". Y, con frecuencia, cuando el campesino se marcha a la ciudad, la mujer se queda sola al cargo de l@s hij@s, de la casa.... ¿trabajando en la hacienda del terrateniente que quizás compró el campito de la familia, o de la transnacional que se instaló en la zona?. En La India el 40% de los hogares rurales está a cargo de mujeres solas; en América Latina y en Africa, esta cifra alcanza más de un 50% (8). ¿Seguridad alimentaria.... cómo demonios se las apañan, las mujeres?

CURIOSIDADES : ¿La tierra para quien la trabaja?

Brasil: el 3% de la población posee las dos terceras partes de la tierra

India: el 9% de los agricultores posee el 44% de las tierras de cultivo

Sudáfrica: la población negra (75%) posee un 15% de la tierra

EEUU: 16% de los agricultores controla un 56% de los terrenos de cultivo

Fuente: Worldwatch 2002

 

Para una mayoría de las mujeres campesinas, en el modelo impuesto a partir de la revolución verde no hay ninguna ventaja, y sí considerables desventajas. Algunas de las tareas agrícolas propias de las mujeres -que requerían un conocimiento y una cualificación especial, y que en algunas comunidades conferían a la mujer una dignidad y relevancia considerable- como la selección y el cuidado de las semillas, se desvaloriza en un modelo donde las semillas se compran al vendedor -o al prestamista- más cercano. Las mujeres tradicionalmente se habían valido de un manejo en el que rotación y diversidad de cultivos constituían un sistema sumamente eficaz para la mejora de suelos, para el control de plagas, y para aumentar el rendimiento de sus campos; la revolución verde sustituye este manejo por el monocultivo acompañado de agroquímicos. Y -en el caso de que lo hubiera deseado-, la mujer tampoco suele disponer del dinero de la familia, ni de recursos para pagar la factura de insumos requeridos en este modelo (semillas "mejoradas", abonos químicos, plaguicidas, ....), ni para adaptar su "cualificacion" a las nuevas necesidades. En Africa, a pesar de realizar la mayor parte del trabajo, las mujeres sólo reciben el 1% del crédito agrícola (9), y en América Latina y el Caribe son beneficiarias tan solo del 7% y el 11% de los programas de crédito (10). Lo mismo podría decirse de los programas de formación, dirigidos en su práctica totalidad a hombres y en los que apenas participan las mujeres.

El despliegue de productos químicos utilizados en este tipo de agricultura a partir de la revolución verde también ha afectado de forma especial a la mujer, envenenando su salud. Desde 1950, el empleo de abonos químicos y de plaguicidas en todo el mundo se ha multiplicado, por 10 (de 14 toneladas en 1954 a 134 en el año 2000), y por 17 (más de 2 de toneladas de ingredientes activos aplicadas anualmente), respectivamente (11). La Organización Mundial de la Salud estima en tres millones el número de personas que padecen envenenamientos agudos por plaguicidas, con cerca de 220.000 muertes anuales (12). Y aunque las estadísticas no suelen reflejarlo, es la mujer quien sufre de forma especial la espiral del uso de estos venenos en la agricultura. Son las más afectadas, por una parte, dado que con frecuencia constituyen la mano de obra barata de invernaderos donde el uso de potentes plaguicidas es habitual (el cultivo de flores sería un buen ejemplo de ello), o se las contrata para las labores de fumigación de las grandes plantaciones intensivas. Por otra, algunos de los pesticidas utilizados en agricultura tienen efectos bio-acumulativos, afectando particularmente a la mujer expuesta a estas sustancias, bien sea de forma directa (por su trabajo agrícola). o a través de los residuos que pasan a los alimentos y al agua potable que tod@s consumimos.

Y si de sostenibilidad hablamos, la agricultura industrial que se desarrolla a partir de la revolución verde ha llevado a una degradación sin precedentes de los propios ecosistemas y recursos de los que depende la agricultura, y en definitiva de la seguridad alimentaria de tod@s.

Ecosistemas y equilibrios biológicos destruídos: Se calcula que menos del 0,1% de los plaguicidas utilizados en la agricultura alcanza las plagas que pretendería combatir, dispersándose en el entorno y dañando a otras especies, además de contaminar los suelos y el agua (13). Este progresivo envenenamiento de los ecosistemas, sumado a la transformación de miles de hectáreas en monocultivos sometidos a una explotación intensiva, ha provocado la extinción de numerosas especies y la destrucción de importantes y delicados equilibrios biológicos -necesarios para la sostenibilidad de la agricultura- en todo el planeta.

Suelos degradados y perdidos. Por si fuera poco, el monocultivo (que expone grandes extensiones de tierra a la erosión de vientos y de lluvias), la explotación intensiva de los suelos, y la falta de aporte de materia orgánica (sustituida por abonos químicos, que aportan algunos nutrientes básicos para el crecimiento de las plantas, pero acidifican el suelo y no mejoran su estructura y capacidad de retención de agua y de mantenimiento de vida, como lo harían los tradicionales estiércoles y abonos orgánicos), están poniendo en peligro la fertilidad misma de las tierras: en EEUU se calcula que se ha perdido ya la tercera parte de la capa de suelo fértil para la agricultura, y cerca de un 70 por ciento de los 5.200 millones de tierras de secano están hoy amenazadas por procesos de desertización (14).

Agua robada a la naturaleza y contaminada. El agua, hoy un bien escaso y preciado, está también amenazada por el modelo de agricultura industrial impuesto en todo el mundo. La expansión de las zonas de riego (de 100 millones de hectáreas cultivadas en regadío en 1950 se ha pasado a 274 millones en 1999 (15)) sin tener en cuenta la necesaria conservación y recarga de los acuíferos, está agotando las reservas del subsuelo, y la merma de agua a disposición de los ecosistemas naturales amenaza ya más de la mitad de las zonas húmedas de importancia internacional. La escorrentía de gran cantidad de abonos y plaguicidas químicos está provocando asimismo la contaminación de las aguas subterráneas o de los cursos fluviales cercanos, e incluso de estuarios y zonas marinas de crucial importancia ecológica y productividad. Se ha observado ya con periodicidad alarmante enormes extensiones marinas sin vida cerca de la desembocadura de algunos grandes ríos, como el Mississippi, cuyas aguas cargadas de nutrientes procedentes de la agricultura intensiva provocan proliferaciones masivas de algas que al descomponerse consumen todo el oxígeno disponible en el agua, matando la vida marina (16).

La agrobiodiversidad perdida. Se calcula que en lo que va de siglo se ha perdido nada menos que un 75% de las variedades vegetales utilizadas en la agricultura. Esta pérdida se debe en gran medida a la uniformidad -unas pocas variedades de semillas "mejoradas"- promocionada por la revolución verde, en detrimento de los miles de variedades utilizadas localmente por la agricultura tradicional. Con la desaparición de variedades resistentes al frío, a la sequía, a determinadas enfermedades y plagas.... hemos perdido un patrimonio de incalculable valor -fruto del saber, del cuidado, del trabajo de las mujeres-, pérdida irreparable para tod@s sobre todo cuando el cambio climático y los desequilibrios ecológicos amenazan la sustentabilidad de la agricultura. La imposición en todo el mundo de los cultivos transgénicos y de las patentes sobre semillas que las transnacionales de la manipulación genética ahora reclaman para sí suponen el desposeimiento final de este legado de incontables generaciones de mujeres campesinas, y un certificado de defunción para la agrobiodiversidad.

CURIOSIDADES :

UNAS POCAS EMPRESAS BIOTECNOLOGICAS DOMINAN LAS PATENTES EN EL AREA DE LA ALIMENTACIÓN:

MAIZ

Los 5 mayores titulares -Dow, Dupont, Affymetrix, Monsanto, y AstraZeneca- tienen un 84,9% del total de las solicitudes de patente.

PATATA

Los 5 mayores titulares -Ribozyme, Monsanto, AstraZeneca, National Starch - tienen un 85,7% de las solicitudes de patente.

TRIGO

Los 5 mayores titulares -Dupont, Monsanto, Aventis, Novartis y CSIRO- tienen un 79,6% de las solicitudes de patente.

Fuente: The Guardian, 15.XI.2000

 

LA RESPUESTA OFICIAL.

La respuesta oficial al problema de la seguridad alimentaria en lo que se refiere a suficientes alimentos es: más tecnología, y más "libre comercio". Incluso la FAO, que hasta hace poco defendía que "lo que importa,.... más que la necesidad de producir en el mundo más alimentos para más personas, es el hecho de que la población dependiente de la agricultura para su sustento continúe creciendo (17)", ha abogado por la inversión en nuevas tecnologías, más infraestructuras, y más comercio en la última cumbre de la alimentación (Roma, junio 2002), decepcionando a quienes esperaban soluciones urgentes al drama de la inseguridad alimentaria (18). Y en la actualidad "más tecnología" en agricultura oficialmente significa más cultivos transgénicos, cuyos rendimientos la experiencia está demostrando que son inferiores a los de los cultivos convencionales (19)♂, y cuya seguridad a nivel de salud no ha sido suficientemente investigada (20) -a pesar de su agresiva invasión de los mercados-, y que vienen a consolidar el insostenible modelo de agricultura industrial que es urgente cambiar.

CURIOSIDADES: La realidad de los transgénicos.

Los datos actuales de cultivos manipulados genéticamente en el mundo son enormemente elocuentes, y ponen en evidencia los intereses y el modelo de agricultura que promueven.

En 2001 se sembraron 52,6 millones de hectáreas de cultivos transgénicos en todo el mundo .

De esta superficie:

La soja ocupaba un 63% (el 46% de los 72 millones de hectáreas de soja plantada en todo el mundo)

El maíz ocupaba un 19% (un 7% de la superficie total de maíz cultivado en el mundo en 2001)

El algodón ocupaba un 13% (el 11% de la superficie total de algodón sembrado en este año)

Y la colza ocupaba el restante 5% de la superficie de variedades transgénicas cultivada en el mundo.

Superficie de cultivos transgénicos por rasgo de cultivo:

77% de la superficie dedicada a variedades resistentes a herbicidas (un enganche seguro al herbicida)

15% de la superficie sembrada con variedades Bt (insecticidas)

8% de la superficie sembrada con variedades insecticidas y resistentes a los herbicidas

Las semillas trangénicas son más caras, tienen unos rendimientos inferiores, y consolidan la creciente dependencia de la agricultura en la industria agroquímica, favoreciendo únicamente a los grandes agricultores intensivos y a la propia industria .

Fuente: etcgroupo Geno-Types, Junio 2002. Basado en ISAAA Briefs. Global Status of Commercialized Transgenic Crops: 2000

Y para atajar los escandalosos problemas de alimentos contaminados o perjudiciales para la salud -en los países que pueden permitírselo-, la solución es: más "expertos". En efecto, además de la multitud de comités establecidos a nivel internacional, como el CODEX Alimentarius de la ORGANIZACIÓN MUNDIAL DEL COMERCIO (OMC) -en el cual, todo hay que decirlo, a menudo se sientan más "expertos" de las compañías agroquímicas transnacionales en la delegación de EEUU, Australia, Canadá..., que delegados de las regiones que padecen hambre-, ahora proliferan las "Agencias de Seguridad Alimentaria" a otros niveles. La Agencia Europea, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (creada el 27 de Junio 2001).... todas ellas, con escasísimos cauces de participación ciudadana, una independencia que está por demostrarse, y una capacidad de actuación tan limitada que su eficacia es más que dudosa. Pero seguramente sirven para tranquilizar conciencias y acallar a la opinión pública. Y lo grave del caso es que en estas cuestiones no rige el principio de precaución, que ante una duda razonable de nocividad obligaría a negar la salida al mercado a un producto, por si su consumo pudiera tener consecuencias fatales. Por imposición de la OMC, donde las transnacionales ejercen toda su influencia, ¡hay que demostrar que un producto es dañino, para poder proceder a su retirada o prohibición! A tod@s nos va resultando familiar aquello de que "los transgénicos todavía no han matado a nadie". ¿Todavía? ¿Es que hay que esperar a un "Chernobyl", para detener un experimento que puede resultar irreversible? En el mundo al revés de la tiranía del beneficio económico globalizado, no es el promotor de un producto quien tiene que demostrar su seguridad, sino la población afectada, las personas, quienes tienen que demostrar su peligrosidad, una vez que el daño ya ha ocurrido.

LA RESPUESTA DE LAS MUJERES.

Ante esta situación, en todo el mundo las mujeres se están movilizando para garantizar la seguridad alimentaria propia y la de sus familias.

EN TODO EL MUNDO

Las mujeres tienen un importante protagonismo en Vía Campesina, un movimiento mundial de organizaciones campesinas que lucha por la soberanía alimentaria de los pueblos como premisa básica para una seguridad alimentaria.

Multitud de mujeres están promoviendo y participando en experiencias de "agroecología" en todo el mundo, trabajando en barrios urbanos marginales y en comunidades campesinas para buscar soluciones apropiadas al drama de la inseguridad alimentaria, y demostrando que hay alternativas posibles, viables y eficaces.

ALGUNOS EJEMPLOS:

En Brasil las sin tierra, los sin tierra, movimiento nacido para reivindicar "un espacio de supervivencia, un techo, un reducto de relación familiar", tiene como importantes protagonistas a las mujeres. "Ellas son las que principalmente sustentan a la familia y realizan las tareas colectivas que el barrio necesita (21)".

En el otro extremo del mundo, en Bangladesh mujeres sin tierra en la aldea de Shivalaya pusieron en común sus ahorros -taka a taka- para entre todas arrendar y cultivar una pequeña parcela; en caso de necesidad sus ingresos comunes sirven para comprar medicinas, o para suplementar la alimentación de un enfermo o de un niño, y salvar vidas. Su iniciativa ha trascendido a las aldeas circundantes, y en menos de dos años más de mil mujeres sin tierra se han organizado en cooperativas, que no sólo cultivan la tierra en común, sino que están organizando pequeñas escuelas.... (22)

En una barriada marginal de Medellín, en Colombia, donde la necesidad y la violencia azotan de forma dramática a las mujeres, ellas consiguieron terrenos y organizarse en una cooperativa de agricultura ecológica que asegura alimentos sanos y suficientes a las familias, y que ha generado además iniciativas para solucionar muchos otros conflictos de la comunidad (23)

En Africa, la Red de Mujeres Africanas para Políticas Económicas (African Women's Economic Policy Network, AWEPON) facilita la comunicación y el apoyo mutuo a una red de movimientos de mujeres que luchan por políticas económicas distintas para sus países y sus comunidades.(24)

En la India, Navdanya -nueve semillas- es un movimiento cultural que está rescatando el papel de las mujeres en las tareas colectivas que la agricultura industrial les niega, a la vez que recupera las variedades locales de semillas y el conocimiento de las campesinas sobre su manejo. Hablando de este movimiento, del que forma parte, Vandana Shiva afirma: "la semilla se ha convertido en centro y símbolo de libertad en la era de la manipulación y del monopolio de la diversidad. ... puede nacer como señal de resistencia y de creatividad en la más humilde choza, y en la familia más pobre. Su poder reside en su pequeñez.... En la semilla... se entrelazan cuestiones ecológicas como justicia social, paz, y democracia". (25)

 

 

Bancos de tierras, bancos de semillas, cooperativas de producción ecológica, cocinas, escuelas y comedores solidarios, ..... ante la pasividad oficial, grupos de mujeres se están organizando en Latinoamérica, en Africa, en la India, ..., plantando cara al drama cotidiano de la inseguridad alimentaria y construyendo nuevas formas, nuevas posibilidades, con audacia, con imaginación, y muchas veces a riesgo de sus propias vidas.

¿Y EN NUESTRO MUNDO DE PRIVILEGIAD@S?

Luchar contra unas formas de producción y de distribución de alimentos aparentemente enquistadas en nuestras sociedades de la abundancia parecería imposible y estéril. Y sin embargo es aquí donde es más necesario cambiar el modelo, si queremos asegurar que tod@s en el mundo entero tengamos acceso a suficientes alimentos sanos. Que hay otras fórmulas para producir más, mejor, y que haya para tod@s, lo están demostrando multitud de experiencias en todo el mundo (26) . Es preciso potenciar esas alternativas, e impulsar una investigación y unas políticas agrarias y comerciales al servicio de una verdadera seguridad alimentaria, y no esclavas de los intereses de las poderosas transnacionales del sector de la alimentación.

Hay que romper el monopolio que sobre nuestros alimentos tiene un conglomerado industrial transnacional que hace que nuestros alimentos viajen miles de kilómetros y lleguen a nuestras mesas -si llegan- con un exceso de empaquetamiento, de colorantes, de conservantes, de vaya a Vd. a saber qué residuos contaminantes, y que no sepamos quién, ni cómo, ni dónde se han producido. Y, mientras tengamos la costumbre de comer todos los días, l@s consumidor@s tenemos una casi sorprendente capacidad de influencia. La presión de l@s consumidor@s europe@s consiguió hace no tanto parar la primera avalancha de transgénicos con la que EEUU intentaba inundar los mercado europeos. Y las quejas por teléfono y cartas recibidas por muchos de los gigantes de la industria alimentaria y de distribución: Nabisco, Carrefour, y hasta la propia Coca Cola, han hecho que se comprometan a no utilizar ingredientes procedentes de cultivos manipulados genéticamente en sus productos. Las mujeres, que todavía somos quienes nos ocupamos mayoritariamente de la compra, podemos cambiar muchas cosas simplemente haciendo boycott a determinados productos que no nos dan suficientes garantías de calidad -eso sí, hay que comprarse una buena lupa para leer las etiquetas- (¡os recomiendo la estupenda lista roja y verde de alimentos transgénicos publicada por Greenpeace!). Las mujeres podemos influir para que en los comedores escolares se sirva una comida sana, y para que en las escuelas se hable de estas cosas, ¡y eso es mucho influir!. Y podemos cambiar muchos hábitos de consumo insostenibles.

Las mujeres podemos hablar, denunciar, subvertir. Y podemos organizarnos. Porque hay que devolver el protagonismo, la autonomía, a quienes son l@s primeros responsables de la alimentación y pueden proporcionarnos alimentos sanos, si se les deja. Pero para ello hay que ir construyendo espacios y complicidades nuevas, porque en ese cambiar de modelo l@s agricultur@s no pueden ir sól@s. Para romper con el dominio de las transnacionales es preciso reconstruir los vínculos entre agricultor@s y consumidor@s, entre campo y ciudad. Y en muchos lugares se están creando ya alianzas, y han surgido multitud de redes, organizaciones y movimientos por un consumo saludable y equitativo (en todos los sentidos), y que potencian, cada cual a su estilo, una producción y un consumo sano y local, y unas relaciones de mutuo respeto, apoyo y solidaridad. La Plataforma Rural, los Grupos Autogestionados de Konsumo (GAKs), las cooperativas de consumid@s y agricultor@s, la Red de Semillas, son algunas experiencias, en las que participan muchas mujeres.

Y si vivimos demasiado deprisa, y ni tiempo y energías tenemos ya para otra cosa, las mujeres podemos -y no es menos importante-, cultivar en nuestro entorno la cultura de la diversidad. Una cultura que es respeto a la diferencia, frente a la uniformidad que se nos intenta imponer. Que es valorar la importancia de los "errores", los propios y ajenos, frente al culto de lo "perfecto". Una cultura que goza en ser y en regalar, no en tener y vender. Una cultura de la solidaridad y la cooperación, del hacer en común, frente al individualismo y la competitividad como valores supremos del neoliberalismo.

Isabel Bermejo

Jornadas Dones i ecología, 15-17 octubre 2002

Institut Balear de la Dona & Consellería de Medi Ambient

NOTAS:

1. Ver un relato de las presiones y consecuencias de la introducción de la Revolución Verde en La India con particular atención a la mujer, en "The Violence of the Green Revolution" , de Vandana Shiva. Third World Network, 1991.
2. F. Moore Lappé, J. Collins, P. Rosset y L. Esparza. "World Hunger, twelve myths". Grove Press Books. 1998
C. Flavin et al. "La situación del mundo 2002". Informe Anual del Worldwatch Institute. Fundación Hogar del Empleado. Ed. Icaria . Pg. 112.
3. Vandana Shiva, Op. cit.
Ver también L. Brown et al. "La Situación del mundo 2001". Informe Anual del Worldwatch Institute, FUHEM & Icaria edit. 2002. Pg 93
4. FAO. "Agriculture Towards 2015/30". Informe FAO. Agosto 2000. Disponible en WWW.fao.org/es/ESD/at2015/toc-e.htm
Ver también F. Moore Lappé et al, Op. cit. Pg. 8 y siguientes.
5. F. Moore Lappé et al, Op. cit. Pg.. 8-24
6. Mugarik Gabe Navarroa. "Las mujeres mueven el mundo".
7. C. Flavin et al. Op. cit.
8. C. Flavin et al. Op. cit.
Mugarik Gabe Navarroa. "Las mujeres mueven el mundo".
9. I C. Flavin et al. Op. cit.
10. Mugarik Gabe Navarroa. "Las mujeres mueven el mundo".
11. C. Flavin et al. Op. cit., pg. 109.
L. Brown et al. Op. cit. , pg. 104.
Natural Resources Defense Council (NRDC), Summary of EPA Data (May 1996)
Ver también M. Castillo, Mº J. López y N. Olea. "Plaguicidas y salud". El Ecologista, nº 32, Otoño 2002
12. C. Flavin et al. Op. cit., pg. 137,
F. Moore Lappé et al, Op. cit..
13. F. Moore Lappé et al, Op. cit., pg. 53
14. F. Moore Lappé et al, Op. cit., pg. 42-45
15. C. Flavin et al. Op. cit., pg. 111
16. C. Flavin et al. Op. cit.
17. FAO. "Elementos que podrían incluirse en un proyecto de declaración y plan de acción sobre la seguridad alimentaria universal". Informe al Comité de Seguridad Alimentaria Mundial, 1995.
18. "La cumbre oficial de Jefes de Estado de la FAO da la espalda al problema del hambre en el mundo. ARDATZA, n-um. 351. 20 de Junio 2002.
19. En un informe publicado en el mes de septiembre por la Soil Association del Reino Unido, que ha estudiado los resultados de varios años de cultivo de transgénicos en norteamérica, se pone de manifiesto que la promesa de mayores rendimientos no se ha cumplido en ninguna de las variedades manipuladas genéticamente sembradas, excepto un pequeño incremento en el caso de maíz Bt, y no siempre. La principal variedad de soja transgénica comercializada, resistente a un herbicida de la compañía Monsanto, tiene un rendimiento 6-11% inferior que las variedades convencionales. Soil Association. "Seeds of Doubt". Septiembre 2002. Un extracto en castellano de este informe está disponible en el sitio de Greenpeace <www.greenpeace.es> Se puede solicitar o acceder al informe completo en el sitio de la Soil Association <www.soilassociation.org>
20. Un considerable número de científic@s, entre ellos la prestigiosa Royal Society de Canadá , a quien del Departamento de Salud del gobierno canadiense encargó un informe sobre la seguridad de los alimentos transgénicos, consideran que la incorporación de un gen a una variedad vegetal mediante ingeniería genética puede provocar alteraciones difícilmente previsibles en la expresión de otros genes, y resultar en cambios en la producción de proteínas, y/ó perturbaciones de la actividad metabólica de la planta que pueden tener consecuencias graves para la salud o para el medio ambiente, y que en la actualidad no están siendo investigadas ni consideradas adecuadamente. Ver: "Elements of Precaution: Recomendations for the Regulation of Food Biotechnology in Canada". An Expert Panel Report on the Future of Food Biotechnology. The Royal Society of Canadá, January 2001.

21. Mugarik Gabe Navarroa. "Las mujeres mueven el mundo".
22. F. Moore Lappé et al, Op. cit.
23. Gloria Comunicación personal.
24. F. Moore Lappé et al, Op. cit.
25. Vandana Shiva. "Biopiratería". Icaria, 1997.
26. En todo el mundo experiencias de agroecología están demostrando que se puede aumentar la producción y sostenibilidad de las agricultura utilizando la experiencia y el conocimiento campesino local y potenciando los servicios biológicos "gratuitos" (: las habilidades de hongos y de los microbios del suelo e insectos beneficiosos para aportar nutrientes o mejorar la salud y rendimiento de los cultivos, las posibilidades de mejorar la productividad y controlar enfermedades y plagas mediante la combinación y rotación de cultivos... En un estudio de la Universidad de Essex que investigó 200 proyectos de agroecología en el mundo en desarrollo, los sorprendentes resultados eran de un aumento del 93% de la producción como promedio. (cita en La situación del mundo 2002", pg. 115). En China se han obtenido excelentes resultados utilizando la biodiversidad para aumentar el rendimiento de los cultivos, reduciendo su vulnerabilidad a las enfermedades (ver Zhu, Y. Et al."Genetic diversity and disease control in rice". Nature, Vol. 406, pg. 718-722, 17 agosto 2000). En Cuba se ha logrado igualmente mejorar la producción interna -y seguridad alimentaria- de la isla potenciando la aplicación de principios y experiencias de agroecología.

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