CULTURA PARA LA ESPERANZA número 30. Invierno 1998.

UNA NUEVA FORMA DE ESPIRITUALIDAD POSTMODERNA: LA NUEVA ERA

 

1.- INTRODUCCION

    Ciertos best sellers de la literatura actual muestran signos indicadores de una nueva mentalidad religiosa que va ocupando un puesto determinante en nuestra sociedad: la Nueva Era (NE) o New Age. Algunos de esos libros alcanzan un éxito extraordinario; un ejemplo claro es el logrado por la hasta entonces desconocida novelista italiana Susana Tamaro, que con su relato intimista Dónde el corazón te lleve se colocó durante mucho tiempo en los primeros puestos de las listas de libros más comprados (y suponemos que leídos). Del relato de iniciación, viaje en búsqueda de sí mismo, se desprende una filosofía que se resume en la frase "El corazón es el centro del espíritu"; se trata, por encima de todo, de escuchar la voz de los sentimientos; ése es precisamente el mensaje final de la novela: "... cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer... Quédate quieta, en silencio, y escucha a tu corazón. Y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve1". En la novela se habla de espiritismo, de karma, de encarnación, mientras que la protagonista manifiesta una gran violencia afectiva hacia su hija, una revolucionaria: "Los anarquistas, los revolucionarios, ¡que de pesadillas han suscitado estas dos palabras durante mi infancia!1."

    Raúl Berzosa cita, en relación con la NE, otros libros como el clásico Juan Salvador Gaviota y su visión optimista del hombre que es capaz de superarse a si mismo; editoriales como Kairós, películas como Ghost, actrices como Shirley McLaine y sus experiencias con la realidad espiritual, o Linda Evans - protagonista de la serie Dinastía-, que practica el contacto con los espíritus mediante un medium. Entre los músicos, Michael Nyman, compositor e intérprete de la banda sonora de la película El piano, Enya, Kítaro, Lito Vitale, Luis Paniagua; entre las revistas: Xanadú, Arco Iris, Año Cero, Más Allá, Conocer o Integral; entre los autores

españoles, el escritor Sánchez Dragó y el filósofo Salvador Paniker; y a nivel de la calle son incontables los anuncios sobre cursos de gnosis, esoterismo, ciencias ocultas o nueva conciencia trascendental2.

    Paradójicamente, cuando la ciencia y la técnica alcanzan niveles insospechados para los que nos precedieron hace unas décadas, algún autor habla del "retorno de los brujos": "En Europa y Estados Unidos, sólo los astrólogos registrados oficialmente son tres veces más numerosos que todos los físicos y químicos juntos..." En Francia, - la tierra por excelencia del racionalismo y nada sospechosa de credulidad,- hay más de 50.000 consultorios de pitonisas, videntes y echadoras de cartas. Hace unos diez años, en España, el número de magos era levemente inferior al de sacerdotes, lo que hace recordar la famosa observación de Bernanos: "Un sacerdote menos, mil pitonisas más", o la no menos certera afirmación de Chesterton: "Desde que los hombres han dejado de creer en Dios, no es que no crean en nada. Ahora creen en todo"3.

    La NE encuentra su caldo de cultivo en una sociedad en la que el bienestar material no deja satisfechas a las personas, pues tras la vorágine del consumo queda una especie de vacío y una añoranza por algo diferente. Esa añoranza de trascendencia hace que el hombre busque otros puntos de referencias, ya no materiales, otras brújulas que orienten y proporcionen sentido a su vida.
 

2.- EL CONTEXTO DE LA NUEVA ERA: LA POSTMODERNIDAD

    Para comprender este nuevo fenómeno sociológico y religioso que llamamos NE hay que situarlo en una atmósfera espiritual más amplia, la postmodernidad. Pues bien, propio de la sensibilidad postmoderna es un desencanto ante las grandes utopías que antaño alimentaron la esperanza de los hombres, utopías levantadas por la razón que generaron sufrimiento sin par a la humanidad. Y al mismo tiempo, al no existir certezas absolutas, -es la "época del pensamiento débil"-, tampoco existen valores morales universales que impulsen hacia un cambio de las estructuras sociales.

    Lo único que queda es dedicar todo el tiempo del mundo a uno mismo, -a su cuerpo o a sentirse bien-, y a cultivar en la parcela privada las relaciones interpersonales, eso sí siempre que no acarreen compromisos demasiado "fuertes". No es esta la época del revolucionario o del héroe, del santo o del caballero, no, es la época del "hombre light"4.

    En fin, no nos resistimos a copiar la letra de una canción que podría ser el ajuste de cuentas de la postmodernidad, -representada por el niño-, con la modernidad, -representada por el supuesto Papá, aunque los papás, como cabe deducir de la última estrofa, también se han convertido a la postmodernidad.- Es evidente que los ideales y luchas que se mencionan, quedan reducidos, en el mejor de los casos, a una "historia" estéticamente muy bonita pero irreal y en la que nadie cree, salvo los niños. Al final queda el escepticismo, el fracaso, la desilusión y el desencanto.


Papá cuéntame otra vez
 ese cuento tan bonito
 de gendarmes y fascistas
 y estudiantes con flequillo,
 y dulce guerrilla urbana
 en pantalones de campana
 y canciones de los Rolling
 y niñas en minifalda.
 
Papá, cuéntame otra vez
 todo lo que os divertisteis
 estropeando la vejez
 a oxidados dictadores
 y como cantaste "Al vent"
 y ocupasteis La Sorbona
 en aquel mayo francés
 en los días de vino y rosas.
 
Papá, cuéntame otra vez
 esa historia tan bonita
 de aquel guerrillero loco
 que mataron en Bolivia,
 y cuyo fusil ya nadie
 se atrevió a tomar de nuevo,
 
y cómo desde aquel día
 todo parece más feo.
 
Papá, cuéntame otra vez
 que tras tanta barricada
 y tras tanto puño en alto
 y tanta sangre derramada,
 al final de la partida
 no pudisteis hacer nada
 y bajo los adoquines
 no había arena de playa.
 

    Y ya que en la canción se alude a un revolucionario, "si los vendedores de libros colocaban antes las obras del Ché, ahora ofrecen herboristería, budismo, astrología"5, libros de meditación trascen

 dental, guías del cuidado del cuerpo, masajes, bioenergía, dietética, macrobiótica....todo encaminado y centrado en el único pronombre personal que parece existir, el "yo". Este narcisismo actual y la tolerancia devaluada (que no es más que una indiferencia mutua y una pereza de la razón), están generando una religiosidad difusa que argumenta que será salvífico cuanto contribuya al propio bienestar, tanto somático como psíquico. Se trata, por supuesto, de la salvación y de la felicidad de uno mismo sin culpabilizaciones incómodas6. Mientras, se olvida la sabiduría del poeta: "Para vivir no quiero/ islas, palacios, torres;/ ¡qué alegría más alta/ vivir en los pronombres!"7 (y pensaba en el tú, el nosotros,...).

    La modernidad socavó con su racionalismo crítico las creencias religiosas, fundamentalmente a través de los "maestros de la sospecha" -Freud, Marx y Nietzsche-, la reacción postmoderna, que es una reacción contra la razón, ha traído el retorno de las religiones y de Dios, aunque se trate de una religión confortable que huye como de la peste de exigencias radicales que compliquen la vida. De hecho este individuo fragmentado que es el individuo postmoderno, prepara a la carta su "cóctel" religioso: "unas gotas de aislamiento, una brizna de judaísmo, algunas migajas de cristianismo, un dedo de nirvana: todas las combinaciones son posibles, añadiendo, para ser más ecuménico, una pizca de marxismo o un paganismo a medida"8. Y no importa, dada su aversión a la fundamentación, que sean elementos contradictorios; al fin y al cabo estamos, según la expresión de Lipovetsky, en el "imperio de lo efímero": "Cada noche un rollo nuevo/ Ayer el yoga, el tarot y la meditación/ Hoy el alcohol y la droga/ Mañana el aerobic y la reencarnación". Así canta Joaquín Sabina cuya discografía es a menudo citada como exponente musical de la postmodernidad.
 

3.- ¿QUÉ ES LA NUEVA ERA?

    El nombre "Nueva Era" proviene de la concepción astrológica del tiempo. El gran "año cósmico" (a nivel esotérico) es el tiempo que tarda la prolongación ideal del eje de la Tierra en recorrer los doce signos del zodíaco que representarían los doce meses. Actualmente estamos pasando de un mes a otro, del signo de Piscis al de Acuario: "Esto tiene una significación simbólica para la humanidad porque influye, de manera oculta, en el ritmo vital de los hombres y de las culturas y pueblos"9. La era

Acuario se caracterizaría por: "¡Armonía, lealtad, claridad!/ Simpatía, luz y verdad/ Nadie suprimirá la libertad/ La mística nos proporcionará la comprensión/ Y el hombre aprenderá a pensar/ Gracias a Acuario" (Canción del espectáculo musical Hair).

    Brevemente, la NE es un movimiento sin textos sagrados, líderes, organización o dogmas. Se constituye en una enorme red sin una organización central, integrada por individuos, grupos y movimientos que tratan de superar la antigua conciencia para introducir un nuevo paradigma regulador de las relaciones del hombre consigo mismo y con el mundo; representa, pues, una determinada sensibilidad espiritual que conjuga lo personal y lo privado con lo ecológico y lo cósmico1

4.- ALGUNOS RASGOS QUE CARACTERIZAN LA NUEVA ERA

    Sin intención de agotar el tema resaltamos a continuación algunas características esenciales que configuran esta nueva religiosidad:

    a) Visión holística del mundo. En cada parte de la realidad está el todo. La imagen del cosmos que presentan no es una fría máquina, como hacían los clásicos racionalistas del s. XVII (p.e. Descartes que suministró la base para buena parte del ateísmo mecanicista de los s. XVIII y XIX), sino un gran organismo vivo, similar a la explicación de Platón y Aristóteles: "el universo es un ser viviente animado y provisto de una inteligencia". Y así como todos los elementos de un sistema (moléculas, células, poblaciones, etc.) están unidos por una red que hace que una pequeña oscilación en una parte cambie todo el sistema, lo mismo acontece en el sistema de la Tierra. La Tierra es, toda ella, un sistema vivo, el único organismo vivo con poder de autoorganización10. Y el hombre es una parte de ese todo.

    b) La madre naturaleza es considerada como sagrada. Tal tesis coincide con ciertos ecologismos extremos que "de la mano de un romántico neopaganismo o de ciertos orientalismos, postulan la adoración de la Terra Mater, la divinización de las fuerzas vitales, el retorno de los cultos solares cuando no la "conversión" (¡!) al budismo como panaceas infalibles de la crisis ecológica11. A partir de la sacralización de la naturaleza se deduce que la alimentación natural humaniza al hombre (¿?) y lo naturaliza. En este contexto se entiende mejor el auge de la alimentación natural, -aunque evidentemente no responde sólo a esta causa-, la idealización de determinada vida en el campo y el culto al cuerpo y a la salud alcanzando grados realmente obsesivos.

    c) Se emplea la teoría de los sistemas biológicos10, directamente y sin analogías, para explicar la evolución social y humana. La visión histórica se extrae de Arnold Toynbee que mantenía que la evolución de las culturas avanzadas sigue el ritmo de nacimiento, crecimiento, decadencia y desintegración. Las transformaciones se deben al dinamismo natural e inevitable del universo. No existe la libertad, no tiene sentido. Y, por tanto, tampoco existe la culpa pues no es responsable quien no es libre. Así pues el hombre no puede evitar o cambiar esa historia, aunque sí es posible elevarse y salvarse a sí mismo, en virtud de su autopurificación, de la iluminación y de los maestros interiores.

    d) En el campo del espíritu cada una de nuestras mentes es sólo un subsistema10 que está comprendido en un espíritu más extenso. Pertenece nuestra mente al sistema social y ecológico que a su vez está integrado en el espíritu planetario, que a su vez forma parte de un espíritu universal o cósmico al que se identifica con Dios.

    e) Ese Dios no es un Dios personal ni creador del cosmos. De entrada, no se admite la idea de creación. Todo está unido desde siempre: Dios y el mundo.

    La idea de que el cosmos tiene un alma espiritual y la idea de una conciencia cósmica que se identifica con Dios procede de la teosofía (término que significa, literalmente, "sabiduría o conocimiento de Dios"). Los planteamientos teosóficos atraviesan toda la tradición occidental desde los neopitagóricos pasando por el hermetismo, el neoplatonismo, la gnosis, las antiguas religiones mistéricas, la cábala judía, los cátaros, los albigenses y rosacruces, la alquimia... La fase moderna de la teosofía comprende autores como Helena Blavatsky, cuya relación con la teoría actual de la NE se establece a través de Alice Bailey.

    f) La oración es entendida como un mayor nivel de conciencia. Para transformar la antigua conciencia personal en una conciencia integral son útiles determinados métodos psicológicos y de meditación, especialmente el zen, el yoga y las vivencias estáticas y contemplativas; Con ellas se busca la relajación, la paz interior, la calma, y todo para alcanzar una experiencia intuitiva y reflexiva de la totalidad universal. En este sentido, otro medio útil es la música New Age, fundamentalmente instrumental, relajante y armónica que se dirige al sistema nervioso y a los canales energéticos del cuerpo humano. Esta música es, como lo fue para los pitagóricos, una vía de purificación.

    Como puede apreciarse, la NE es un sincretismo en el que se fusionan elementos de grandes y diferentes espiritualidades: budismo (meditación y autorrealización), sabiduría china (constante ascenso y descenso entre el ying y el yang); taoísmo y tantrismo (búsqueda de la unificación total de la persona), sufismo árabe (mística profunda para descubrir el verdadero yo), animismo, religiones céltico-germánicas, esoterismo, astrología, ecología profunda, gnosis (a través de la tradición esotérica, panteísta y teosófica)... Al mismo tiempo se usan ambiguamente y con distinto significado conceptos cristianos y se interpreta de forma subjetiva a S. Juan de la Cruz o a Teilhard de Chardin.

 
5.- NUEVA ERA Y CRISTIANISMO

    Algunos autores definen a la NE como una bomba de relojería en lo más profundo del cristianismo, y ello porque no se enfrenta a él ni se presenta como un enemigo dialéctico, sino que, introducido en su seno y utilizando en ocasiones sus ideas más

específicas, otorga un sentido completamente distinto a todo2,9. J. Ratzinger no minimiza el problema cuando advierte que "el mayor peligro para el cristianismo actual sigue siendo el de siempre: la gnosis".

    Juan Pablo II resume acertadamente los aspectos positivos y negativos de la NE cuando escribe: "... Mientras sigue creciendo la secularización en muchos aspectos de la vida, hay una nueva demanda de espiritualidad como lo muestra la aparición de muchos movimientos religiosos y terapeúticos que pretenden dar una respuesta a la crisis de valores de la sociedad occidental. Esta inquietud del homo religiosus produce algunos resultados positivos como la búsqueda de un nuevo significado de la vida, una nueva sensibilidad ecológica y el deseo de ir más allá de una religiosidad fría y racionalista... Iría aquí el sentido de la fraternidad universal, de paz, de esfuerzo para mejorar el mundo, el redescubrimiento de lo sagrado, la visión antropológica global rechazando materialismo y comunismo... Por otra parte, este despertar trae consigo algunos elementos muy ambiguos, incompatibles con la fe cristiana... Las ideas de la New Age llegan a influir en católicos practicantes que tal vez no son conscientes de ello.... En su perspectiva sincretista e inmanente, este movimiento presta poca atención a la Revelación, más bien intenta llegar a Dios a través del conocimiento y de la experiencia que toma prestados de la espiritualidad oriental y de técnicas psicológicas... Propone a menudo una concepción panteísta de Dios. Reemplaza la responsabilidad personal de nuestras acciones frente a Dios con un sentido del deber frente al cosmos tergiversando el verdadero concepto de pecado y la necesidad de la redención por medio de Cristo. No hay culpa sino imperfecciones; frente a la gnosis recordar que el cristianismo cree de verdad en la novedad de la historia y no en el eterno retorno y que su centro de sabiduría no es una filosofía sino un hecho histórico: Cristo"12.

    Tras este penetrante análisis poco nos queda que añadir; si acaso recordar que para el cristianismo la armonía con uno mismo nunca es un fin sino un paso hacia un fin mayor y último que es el encuentro personal y amoroso con los otros y con el Otro, el Amor originario.

    El cristianismo postula la libertad personal, descartando todo determinismo y toda fatalidad; y esa libertad es riesgo y conflicto pues no es tanto decidir sobre esto o aquello cuanto decisión del sujeto humano sobre las posibilidades de su existencia: decidimos de nosotros, nos hacemos libremente, esperando en el Dios de la promesa pues somos seres inacabados.

    La NE confía, ingenuamente, en un evolucionismo histórico imparable, pero los hechos mostrencos no parecen confirmar esa teoría. La visión optimista de la evolución -solamente una sociedad próspera como California puede segregar cosmovisiones semejantes13- de un Dios como conciencia infinita cósmica y de una humanidad que se redime a sí misma, se desarrolla expresamente en un texto de Erich Jantsch, un astrofísico, premio Nobel y cofundador del Club de Roma, y, por tanto, no deja de resultarnos sospechosa. Es difícil imaginar cómo podrán superarse las injustas estructuras económicas a través de esta espiritualidad, a través de la gnosis o de la teosofía.

    Tras lo dicho parece evidente que hay una relación estrecha entre la NE (y movimientos espirituales similares) y el fantasma del neoconservadurismo que recorre nuevamente el mundo. Y así se aboga por la interioridad -olvidándose o desechando la dimensión política de la persona humana- y se confía que la meditación y la transformación de la conciencia acarreará la transformación paulatina de las estructuras sociales.

    El cristianismo, por el contrario, aspira a cambiar el mundo en esta tierra, a que el Reino de Dios se vaya haciendo ya gozosa realidad. Escribía el sabio teólogo Ruiz de la Peña antes de dejarnos: los cristianos "no podemos refugiarnos en una religiosidad íntima e intransitiva, en una espiritualidad afectiva y emotiva, en la gratificante vivencia de la salvación personal-individual, en el interior de un movimiento más o menos carismático. Ello significaría, amén de una dimisión culpable de nuestro papel de levadura, sal, luz del mundo, hacer el juego a los tropismos aislacionistas y al pasotismo insolidario que acecha hoy a las conciencias de tantos de nuestros contemporáneos"11.

    En el evangelio es el amor concreto al prójimo la norma decisiva para la salvación, y no la cantidad de experiencia psicológica y religiosa que uno haya adquirido acerca de sí mismo y de Dios; por eso el místico castellano sentenció lapidariamente que "al atardecer de nuestras vidas seremos examinados del amor".

    En la medida en que la comunidad de creyentes viva su vida de forma más convincente y resucitada, menos necesitarán los cristianos de buscar otras ofertas de salvación; Como ha puesto de relieve K. Rahner, el cristianismo es l a única religión del futuro absoluto al proporcionar una interpretación del mundo y de la historia que posibilita la dimensión futuro: el cristiano vive el tiempo como historia y la historia como historia de salvación. Por ello la felicidad y la salvación son imposibles a solas y así, según el sentir de Péguy, "tenemos que salvarnos juntos, no podemos llegar solos a la casa del Padre."
 

     Rogelio Pérez y Salomé Ballesteros
 

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

1.- Tamaro, S., Donde el corazón te lleve. Seix Barral, Barcelona, 1995.
 2.- Berzosa, R., Nueva era y cristianismo, entre el diálogo y la ruptura. BAC Popular, Madrid, 1995.
 3.- González-Carvajal, L., Ideas y creencias del hombre actual. Sal Terrae, Santander, 1991.
 4.- Vease el libro del psiquiatra Luis Rojas Marcos titulado precisamente así, El hombre light. Madrid, 1992 donde describe a este hombre postmoderno cuyo eje es la debilidad.
 5.- Eco, U., El péndulo de Foucault. Lumen, Barcelona, 1990.
 6.- Díaz, C., Diccionario personalista
 7.- Salinas, P., La voz a ti debida y Razón de Amor. Castalia, Madrid, 1982.
 8.- Valadier, P., La Iglesia en proceso. Sal Terrae, Santander, 1990.
 9.- Kehl, M., "Nueva Era" frente al cristianismo. Herder, Barcelona, 1990.
 10.- Capra, Fr., El punto crucial; ciencia, sociedad y cultura naciente. Barcelona, 1985. Las obras de este físico han dotado a la NE de una justificación desde la ciencia aportando el soporte para una integración ecológica y holística, lo que sería la teoría de sistemas.
 11.- Ruiz de la Peña, JL., Crisis y apología de la fe. Evangelio y nuevo milenio. Sal Terrae, Santander, 1.995
 12.- Juan Pablo II, Extractos de las palabras dirigidas a los obispos norteamericanos en 1993). En Berzosa, R., op. cit.
 13.- Gil, JC., Nistal, JA., "New Age". Una religiosidad desconcertante. Herder, Barcelona, 1994.

 

1. Los popes seían Alice Bailey, teósofa, autora de los libros De Belén al Calvario y Las iniciaciones de Jesús; D. Spangler que escribió Emergencia y El renacimiento de lo sagrado; M. Férguson, autora de La conspiración de Acuario y E. Barrios y su libro Mensaje acuariano (otra obra de este autor es el cuento Ami el niño de las estrellas, que ya ha alcanzado 65 ediciones).

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